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Actualizado: 5 de mayo de 2025


Sucesos de esta corte desde 15 de agosto hasta fin de octubre 1623: «El señor conde de Olivares, con gran ostentación, dió el hábito de Calatrava á D. Antonio de Mendoza, de la Cámara de S. M. y su valido, justamente por su calidad, su ingenio, agrado y buenas partes, pues pocas veces se hallan hombres de ánimo igual

Felipe IV se acordó entonces que era hijo de Felipe III i nieto de Felipe II, i así dejándose vencer de las razones del inquisidor, empeñó su palabra de ordenar al Conde-duque de Olivares la salida de aquellos judios, no solo de la corte sino tambien de todos sus reinos i señoríos: con que de esta suerte quedaron burlados los buenos deseos que tenia el valido de reparar los daños que España padecia, por la falta de poblacion, comercio i riqueza: los cuales iban tan en aumento que ya amenazaban la ruina de esta desventurada i siempre mal regida monarquía.

Por último, en Cataluña, las familias más ilustres, poniéndose de parte del pueblo, se vuelven contra la Corona; y en Portugal, el Duque de Braganza, obedeciendo a las instigaciones de su mujer que le decía: «más quiero ser reina una hora que duquesa toda la vida», se hace soberano con el nombre de Juan IV. Cuáles no serían los errores del monarca, cuando Cánovas del Castillo, en sus Estadios del reinado de Felipe IV, dice: «Ningún punto de la historia de España parece tan averiguado como que únicamente la ociosidad, la ignorancia, el afán de goces de Felipe IV, juntamente con la ineptitud y tiranía de Olivares, su principal Ministro, fueron las causas del levantamiento de Portugal en 1640

A los cuatro años de matrimonio, el espada dio a su mujer y a su madre una gran sorpresa. Iban a ser propietarios, pero propietarios en grande, con tierras que se perdían de vista, olivares, molinos, grandes rebaños; un cortijo igual al de los señores ricos de Sevilla. Gallardo sentía el deseo de todos los toreros, que ansían ser señores de campo, caballistas y dueños de ganados.

Cuando el conde de Olivares se llevaba á don Juan para presentarle á su compañía de arcabuceros de la guardia española, la duquesa le dijo: Espero que iréis, en cuanto estéis libre, con vuestra esposa á mi casa. Iré, señora, iré. Y el joven salió. Cumpliendo lo que había prometido á la duquesa, don Juan y doña Clara salieron una hora después del alcázar en una litera. Era la litera enorme.

Fuera ya de los contrafuertes de la Sierra y casi en el fondo del valle onduloso del Guadalquivir, demora la antigua villa de Baylen, sobre un plano inclinado, rodeada de altas colinas y en medio de vastos olivares que constituyen allí la principal riqueza. Allí se almuerza mal, se come peor, el vino es malejo, y se desea seguir la marcha apriesa.

Estupenda nariz, que sin ser deforme como la del conde-duque de Olivares, ni larga como la de Cicerón, ni gruesa como la de Quevedo, ni tosca como la de Luis XI, era más fea que todas éstas, formaba el más importante rasgo de su rostro, bastante lleno, abultado en la parte inferior, y colocado en un cuerpo de buenas proporciones.

Figuran entre éstos Felipe IV, Olivares, Juan Mateos, ballestero mayor del Rey, y el Infante Cardenal don Fernando, cuya presencia sirve para demostrar que el cuadro esta pintado antes de 1633, año en que este personaje marchó a Flandes de donde no volvió.

A la misma hora entraron en la lancha armada el capitan del navio D. Joaquin de Olivares, los dos pilotos, el Padre superior Matias Strobl, el Padre Quiroga, el cabo de escuadra y algunos soldados, á registrar por agua el fin del puerto, y ver tambien si hallaban indios. Navegaron al oeste, costeando por el sur la isla de las Pinguinas, y sondando el canal hasta la isla de los Pájaros.

Aunque todo el país se ve completamente cultivado y bellísimo, y de trecho en trecho se ven ricas dehesas pobladas de rebaños, nada llama tanto la atencion en esa fertilísima comarca como los olivares, verdaderamente prodigiosos. Se andan leguas y leguas y la carretera cruza siempre por en medio de plantaciones de ese género que parecen infinitas.

Palabra del Dia

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