Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de octubre de 2025
«Lo que está arreglado se desarregla y lo que está hecho se deshace» repitió Tristán sonriendo sarcásticamente . Hasta ahora nada le he dicho ofensivo... No ha sido más que la queja de quien se siente herido. Pero no respondo de que más tarde no pueda decirle algo que le moleste de veras.
Sobre todo, nada tenía de ofensivo para su autoridad el solicitarlo humildemente. Si lo negaba, se alegarían razones; tal vez se llegase a convencerle.
Claro está que el Sr. Muñoz y Pabón nada inventa de indecoroso ni de ofensivo, como, por ejemplo, lo que alguien ha pretendido probar recientemente en Alemania, de que Cristo estuvo estudiando en cierto colegio o Instituto de no recuerdo bien qué ciudad de la India; pero todavía, a pesar de lo inocente y católico de lo inventado por el Sr.
Exijo que me interpretes la frasecilla completa, por si el concepto es ofensivo. ¿Qué es maremágnum? ¿Qué es el ecuménico de los beligerantes? ¿Quién es el leal de la romana de Sastrea? Me lisonjeo que no has dado a entender que hay un enamorado de mi costilla, que es Ramona, y no romana.
Por más que cavilaba, no veía otro modo de vengarse, de castigar a su hija y de adquirir el derecho e imponerse el deber de defender a Juanita contra todos que el de ofrecerle su mano y casarse con ella. ¡Ay de aquel que se atreviese entonces a decir nada ofensivo contra Juanita, aunque ella estrenase cada día otro vestido de seda!
Con estos datos no se extrañará ya que mis dos vecinas, después de apostrofarse recíprocamente, como lo hacen en la primera parte del diálogo transcrito, puedan hallar ofensivo á su dignidad el ser callealteras ó el dejar de serlo. Y prosigamos.
El suspiro, además, el anhelo y el deseo, aunque nunca se logren, implican algo de ofensivo para la mujer deseada: son la infracción de un mandamiento cuando esa mujer es de otro. Y con doña Beatriz tal era el respeto y consideración que quería se le tuviese el Conde se enojaba de que alguien pudiera imaginar que él se atrevía a desearla.
Lo brusco de la captura, lo incómodo de la cárcel, lo pesado y quisquilloso y ofensivo de los interrogatorios, bastan y sobran para que salga D. Marcelino de la prision con su liberalismo rejuvenecido, con su aficion á la tabla de derechos, con su odio á la arbitrariedad, con su aversion al gobierno militar, con su vehemente deseo de que la seguridad personal y demas garantías constitucionales sean una verdad.
La tozudez de aquella mujer turbaba el orden, paralizaba todo el mecanismo de la justicia, que solía funcionar con mucha regularidad, sin ningún entorpecimiento. Era hasta ofensivo; con toda su modestia aparente, su resignación y su humildad, aquella mujer parecía, en cierta manera, superior a los jueces, a los jurados, al público.
Palabra del Dia
Otros Mirando