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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Tirso esquivó la respuesta cuanto pudo, y al fin, apremiado por la insistencia de don José repuso: No, no hace falta que nadie se moleste: no quiero sino dar una vuelta por cualquier parte, tomar el aire un rato. Al cerrar la noche se fue sin preguntar nombre alguno de calle, como quien ya sabe dónde se propone ir y se obstina en ocultarlo.

Todo lo más que yo puedo hacer respondió , es evitarle sufrimientos en sus últimos días. ¡Pobre pequeña! Figúrese usted, querido doctor, que tose todas las noches hasta despertarme. Debe sufrir horriblemente, aunque trate de ocultarlo. Si no hay ninguna esperanza, su última hora será la del descanso.

¿Has estado ya alguna vez en Valencia? , señor; he pasado allí un mes hace algunos años. Es muy bonito aquello, ¿verdad? , muy bonito. Muchas naranjas, ¿eh? Muchas. Creo que es una población alegre. Eso no; a me ha parecido muy triste. Pues hombre, yo creía... Y tornaron a guardar silencio. Los corazones estaban apretados, y el acento indiferente de las palabras no bastaba a ocultarlo.

Á fuerza de habilidad había logrado ocultarlo á todo el mundo, y aun pretendía con mil artificios ocultárselo á mismo, pero en vano. La triste verdad, que á su despecho se imponía, le roía el corazón y le quemaba la sangre. Comenzó á vivir en un estado de zozobra que al cabo se le hizo insoportable.

Usted que es gran teóloga, y muchas veces me ha dado su opinión sobre otros grandes sermones míos, deseo que vea ahora éste. Yo no entiendo de eso replicó la santa con repugnancia. entiende dijo Paz complacida. ¡Qué modestia! exclamó Entrambasaguas. La santidad unida al talento. Pero yo , aunque usted quiera ocultarlo, que es una gran teóloga.

El pensamiento aquel, caía en su cerebro como la piedra en un lago, revolviendo las aguas. Pocos momentos después, la calma volvía a su espíritu. Quedaba puro y tranquilo como el lago. Un día, al entrar repentinamente en la habitación de su cuñado, le encontró examinando un revólver. Al verla trató de ocultarlo en el cajón de la mesa que tenía abierto y se puso colorado. ¿Qué hacías?

Noto aquí, ni puedo ni debo ocultarlo, una grande armonía entre la ley pública y la conducta privada, entre la sociedad y el individuo.

Sin embargo, la hora de levar anclas se iba acercando y el capitán se había apartado de la mesa y andaba de un lado á otro dando órdenes. Los marineros comenzaban á moverse ejecutando las maniobras preventivas. Soledad y Manolo se habían aproximado y charlaban un poco retirados de los demás. El caballero de Medina la embromaba suponiendo que estaba triste y que hacía esfuerzos por ocultarlo.

Os reiréis de verme ocupado en tan triviales observaciones; pero así era, y no tengo por qué ocultarlo. En aquel momento estábamos en una corta tregua, aunque la cosa no pareciera próxima a concluir. Hasta entonces sólo habíamos sido atacados por una parte de las fuerzas enemigas, pues la división de Barbou, algo rezagada, no estaba aún en el campo francés.

Y estrechando su mano volví a preguntarle: ¿pero si no fuese Rey? Basta murmuró. No merezco que dudes de de esa manera. ¡Ah, Rodolfo! ¿Acaso una mujer que va a casarse sin sentir amor podría mirarte como te miro yo? Después inclinó el rostro, procurando ocultarlo.

Palabra del Dia

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