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Actualizado: 13 de junio de 2025


En general, compartimos con él por completo esta misma admiración, y creemos también que no es exagerada; pero lo dicho no obsta á que hagamos algunas objeciones á esta manera de expresarse y de repetirse hasta el exceso.

El otro Discurso es para responder á las objeciones, y en especial á la que se le hizo del mal uso de los exemplos. Esta confesion es legítima, porque lo que hay en el Arte de pensar, que pertenezca verdaderamente á la Lógica, todo está en Aristóteles: lo demas que se lleva la mayor parte, y pudiera haberse excusado, es de Cartesio, y de algunos sectarios suyos.

Nunca Zeli había visto a Kernok con un aire tan duro y tan severo. Así, contra su costumbre, no hizo una multitud de objeciones a cada orden de su capitán, y se contentó con ir prontamente a ejecutarlas. Kernok, después de haber examinado atentamente la dirección del viento y de las brújulas, hizo signo a su compañero de que le siguiese.

Fué Presbítero del Oratorio en Francia: escribió varias Obras, entre las quales la mas notable es la Inquisicion de la verdad. Trata en ella al principio de los sentidos y imaginacion: despues del entendimiento puro: de allí pasa al método, y concluye con ilustraciones de las materias de estos tratados, y respondiendo á las objeciones que se le habian hecho.

Lacante se dirigía a como para prevenir mis objeciones. Palabra de honor; cree que me voy a casar con su hija... ¿Y Luciana, entonces, mi Luciana adorada, que no es devota, sino que tiene una alma alta y generosa y una inteligencia hermana de la mía? Mi amigo me ha hecho quedarme a almorzar, y mientras tanto hemos hablado de Elena.

Don Sancho ejecuta esta orden al cabo, siendo vanas sus objeciones y su obstinada oposición á los deseos de su padre, y lo mata, y consigue de la Reina la licencia de pelear solemnemente con Don Bermudo, y después con todos los demás que nieguen la verdad de su dicho, averiguándose al fin que él mismo no es hijo de Don Nuño, sino de Don Bermudo; que no ha existido en realidad la ofensa que se suponía haber hecho éste á Don Nuño, finalizando así el drama, y desatándose su nudo satisfactoria y tranquilamente, después de haber movido tanto los afectos de los espectadores.

Cuando llegó el momento, sin embargo, de contestar a las objeciones, decayó bastante; no sabía más que referirse a su discurso; luchaba en vano por encontrar algún nuevo argumento en defensa de la tesis. Apesar de esto y del mediano ejercicio de preguntas, el tribunal, pagado de los conocimientos nada comunes que había demostrado, le aprobó los ejercicios.

Todavía trató el marqués de oponer una o dos objeciones; pero acabó por confesar que M. L'Ambert se veía obligado a batirse. La insistencia de Ayvaz-Bey era de pésimo gusto, y merecía una severa lección. Ninguno dudaba de que el belicoso notario, ventajosamente conocido en todas las salas de armas, era la persona elegida por el destino para enseñar a aquel osmanlí la cortesía francesa.

Como quiera, no necesito insistir sobre este punto, porque tengo ya largamente ventiladas estas cuestiones, en los dos libros de que se compone el tomo presente. Para percibir la extension, necesitamos sentirla; luego no podemos decir nada relativo á la extension sobre un objeto que no sentimos. Pero aunque esta respuesta podria atajar el curso de las objeciones, no quiero limitarme á ella.

Alberto, advertido de antemano por Amaury para que accediese a todas las peticiones de la parte contraria, aunque rayaron en exigencias, se avino desde luego a todo, sin oponer más objeciones que las que son de rigor en tales casos. Convinose, pues, en que el encuentro se verificaría a espada y con las propias armas de Felipe, dos espadas militares magníficas.

Palabra del Dia

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