Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 26 de julio de 2025
Recuerde usted que Dafnis aprende al cabo cuál es el verdadero fin de amor, y, á pesar de su pasión, se domina por temor de lastimar á Cloe, y no la hace suya hasta después de la boda. En suma, y para no cansar, yo no me defiendo de haber traducido el libro de Longo, aunque en Francia le tradujo un obispo. Quiero suponer, ó quiero afirmar y confesar que hice mal. Valgámonos de un símil.
¡Locuras, señor, locuras! rugió el Provisor sacudiendo la cabeza. ¡Pero Fermo, es un alma que se pierde!... No hay que salir de aquí... Ir... el Obispo... a un hereje contumaz..., absurdo.... Por lo mismo, Fermo... ¡Bueno! ¡bueno!
Esta pobre gente me dijo Amaranta no sabe lo que trae entre manos. Mírales cómo están desconcertados y aturdidos sin saber qué hacer. Se ha marchado el venerable obispo de Orense dijo doña Flora . Por ahí se susurra que no le hacen maldita gracia las dichosas Cortes. Por lo que oigo, están eligiendo quien las presida dije . Hay aquí un traer y llevar de papeletas que es señal de votación.
Se trataba, pues, de un atropello, de una injusticia que clamaba al cielo, y no podía clamar al Obispo, porque este era esclavo de don Fermín». Esta opinión de Glocester la aprobaba don Custodio; no tenía el beneficiado la pretensión excesiva de coger para sí tan buen bocado, pero quería que a lo menos no se lo comiera su enemigo.
El Obispo tambien se determina Con
¿El secretario del señor obispo está arriba? preguntó al más próximo. ¿D. Cayetano?... Sí, señora, arriba está respondió uno de los más lejanos. ¿Podría hablar unas palabras con él? ¿Por qué no?... Le avisaré... Suba usted conmigo. Ascendieron ambos por la sucia escalera de D. Miguel, pues ni por la llegada del prelado se había limpiado. Tenga usted la bondad de aguardar un momento.
Alegre, rozagante, como nuevo volvió de los baños de Termasaltas el señor Arcediano don Restituto Mourelo, dispuesto a emprender otra campaña, que esperaba fuese la última y decisiva, «contra el despotismo del simoníaco y lascivo y sórdido enemigo de la Iglesia que, apoderado del ánimo del señor Obispo, tenía sojuzgada a la diócesis». Con esta perífrasis aludía al señor Provisor el diplomático Glocester.
A todo esto respondía el pesimista Pecson, un gordinflon con risa amplia de calavera, hablando de estrañas influencias, de si el Obispo A., el Padre B., el Provincial C. fueron ó no consultados y de si aconsejaron ó no que metiese en la carcel á todos los de la asociacion, noticia que ponía inquieto á Juanito Pelaez quien entonces tartamudeaba: Carambas, no me metan ustedes...
Considerado por cuantos cerca de él andaban como la persona más allegada a Su Ilustrísima, los sacerdotes y demás gente de Iglesia que tenía ocasión de frecuentar, guardaban buen cuidado de no dejarle ver cosa que pudiera enojar al obispo.
Clemente VII no habia elegido obispo para Córdoba; entre tanto lo habia hecho el cabildo, y aunque esta eleccion fué declarada nula por el legado D. Pedro de Luna, sin embargo, atendiendo á los grandes méritos del sugeto elegido por el cabildo, que era el canónigo y maestrescuela D. Juan Fernandez Pantoja, dicho cardenal legado le eligió de nuevo y le confirmó en uso de las facultades que tenia.
Palabra del Dia
Otros Mirando