Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de mayo de 2025
Por primera vez, viendo entre la bruma este desfile de dreadnoughts, que evocaban la imagen de un rebaño de monstruos marinos de la prehistoria, se dió cuenta exacta Desnoyers del poderío británico.
En honor de mi nueva encarnación, habían preparado aquella mañana un almuerzo chino. ¡Qué gentiles servilletas de papel de seda escarlata con monstruos fabulosos dibujados en negro! La comida dió comienzo por ostras de Ning-Pó. ¡Excelentes! Me sorbí dos docenas con verdadero regalo oriental.
Entónces explicó el alguacil lo que habia apuntado el abate. ¡Qué monstruos! exclamó Candido. ¿Cómo se cometen tamañas atrocidades en un pueblo que canta y bayla? ¿Quando saldré yo de este pais donde azuzan ximios á tigres? En mi pais he visto osos; solo en el Dorado he visto hombres. En nombre de Dios, señor alguacil, lléveme vm. á Venecia, donde aguardo á mi Cunegunda.
No habla menos resueltamente sobre la última cuestión Francisco Cascales, de Murcia , en sus Tablas poéticas, que aparecieron en 1616. En este libro ingenioso, escrito en forma de diálogo, se dice, entre otras cosas, lo siguiente: «¡Válame Dios! Son unos hermafroditos, unos monstruos de la poesía. Ninguna de esas fábulas tiene materia cómica, aunque más acabe en alegría.»
El cielo tomaba sobre sus cabezas una penumbra lívida de ocaso. Monstruos horribles y disformes aleteaban en espiral sobre la furiosa razzia, como una escolta repugnante. La pobre humanidad, loca de miedo, huía en todas direcciones al escuchar el galope de la Peste, la Guerra, el Hambre y la Muerte.
Es necesario ver trabajar esos monstruos para saber hasta dónde puede llegar la potencia mecánica. El ingeniero constructor del motor fijo que daba movimiento a las infinitas poleas de la Exposición Universal de Filadelfia, decía que, si tuviera un punto fuera del mundo para colocar su máquina, sacaría a la Tierra de su órbita. Tenía razón, como la tenía Arquimedes.
Y te arrojó la patria de su seno Porque rendiste culto á la verdad! No la patria, los monstruos que su cuello Oprimieron con planta criminal. Errante por el mundo con tu lira Fuiste sus infortunios á cantar.
Febrer se sintió empequeñecido por la soledad. Perdida la fe en su importancia humana, considerábase igual a uno de estos monstruos pequeños que se agitaban en las vegetaciones del abismo submarino. Menos aún tal vez.
En los bordes y en el centro de la enorme caldera, cuya magnitud era aumentada por el engañoso claro-oscuro de la noche, se elevaban figuras colosales, hombres disformes, monstruos volcados y patas arriba, brazos inmensos desperezándose, pies truncados, desparramadas figuras semejantes a las que forma el caprichoso andar de las nubes en el cielo; pero quietas, inmobles, endurecidas.
Oyó las doce, la una, las dos... no oyó las tres, porque debió de dormitar un poco, aunque él se lo negaba a sí mismo.... Y a las cuatro no pudo resistir ya el frío y el sueño; y delirante, sin conciencia de sí mismo ni del mundo ambiente, tropezando en todo, subió a su cuarto, buscó la cama a tientas, se desnudó por máquina, se envolvió entre las sábanas y se quedó dormido en un sopor de fiebre lleno de fantasmas ardientes, de monstruos dolorosos.
Palabra del Dia
Otros Mirando