Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 19 de mayo de 2025
Por lo que hace al Espíritu Santo, dijérase que no existe para ellas. ¡Nunca es objeto de su misticismo! Lo cual se comprende sin esfuerzo: los atributos especiales del Parácleto son más perceptibles á los ojos de los Doctores de la Iglesia que á los de las fieles cristianas. Acerca del Demonio no quisiera hablar en este sitio, pues es hacerle demasiado honor; pero no puedo pasar por otro punto.
El redentor sintió frío en el corazón. ¡Fortunata canonizada! Esta idea, por lo muy absurda que era, le atormentó toda la mañana. «Francamente dijo al fin, después de muchas meditaciones , tanto como canonizar, no; pero bien podría darle por el misticismo y no querer salir, y quedarme yo in albis». Vamos, que semejante idea le aterraba!
Bien sabía él quién había metido a Carolina en este fregado del misticismo, y no era obra que su prima Serafinita de Lantigua, que gozaba opinión de santa. Hablando en plata, la tal prima era una calamidad. En la iglesia veíanse diariamente a las seis de la mañana Carolina y Serafinita, y allí se despachaban a su gusto.
Marchena y Utrera no os hablarán ya de esas épocas lejanas sino en sus muros y en una que otra iglesia; pero os asombrarán con sus gigantescas fachadas del siglo XVI, páginas en que se presenta unido el misticismo del arte cristiano con la magestad y la grandeza del que floreció en tiempo de los Césares.
Era esta una absurda mezcla de misticismo y sexualidad de superstición fanática y despreocupación; valiéndose de lo sobrenatural para cometer los actos de la más desenfrenada lujuria y del más refinado placer material. Un autor, tan poco sospechoso como Menéndez Pelayo, ha escrito estas líneas, explicando la herejía de los alumbrados.
Su lectura, que comencé de un modo maquinal, impresionó al cabo de algunos minutos mi imaginación, inclinándola, no precisamente a las ideas religiosas, sino a cierta suerte de anhelo inefable y humildad voluptuosa que el misticismo produce siempre en los temperamentos nerviosos y líricos. Acordeme de la graciosa hermana, y nunca su imagen produjo en mí un estremecimiento más dulce y feliz.
Pero la devoción de Ana ya estaba calificada y condenada por la autoridad competente. Las tías, que habían maliciado algo de aquel misticismo pasajero, se habían burlado de él cruelmente. Además, la falsa devoción de la niña venía complicada con el mayor y más ridículo defecto que en Vetusta podía tener una señorita: la literatura.
Lo que más le irritaba era que su conciencia le envolvía a él también en el general desprecio.... «Todo era pequeño, asqueroso, bajo... y él como todo». «¿Y lo que había dicho el médico? Ubi irritatio... es decir que Ana caería en brazos de don Álvaro... ¡que era fatal aquella caída!... Y tanto misticismo, y tanto hermano mayor del alma... ¿para qué había servido?
Pero casi al mismo tiempo que tal decía vínole rápidamente al pensamiento, como esos rayos celestes de que nos habla el misticismo, una idea salvadora, una solución fácil, eficacísima, derivada ¡oh rarezas de la vida!, de la misma situación aflictiva en que la familia se encontraba. ¡Qué cosas hace Dios!
Sobre todo en cuanto se refiere á las relaciones espirituales de los Padres con las duquesas, marquesas y condesitas, y en la descripción que hace de la devoción elegante, del misticismo cómodo y de la religiosidad high life y á la moda.
Palabra del Dia
Otros Mirando