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Actualizado: 25 de julio de 2025


La electricidad, la luz, la vida, la fuerza, el sentir y el pensar, todo es movimiento, sin motor, sin objeto movido y sin lugar ni tiempo objetivos y reales, por donde y en el cual el objeto movido se mueva. ¿Qué nos queda que hacer en tan aflictiva situación? ¿Cómo nos consolaremos después de haber perdido toda la realidad?

Celipín, por amor de Dios, piensa bien lo que dices. No lo puedo remediar. Ya ves cómo nos tienen aquí. ¡Córcholis! No somos gente, sino animales. Nada, nada, no somos más que bestias que ganamos un jornal.... ¿Pero no me dices nada? La Nela no respondió... Quizás comparaba la triste condición de su compañero con la suya propia, hallando esta infinitamente más aflictiva.

Pero casi al mismo tiempo que tal decía vínole rápidamente al pensamiento, como esos rayos celestes de que nos habla el misticismo, una idea salvadora, una solución fácil, eficacísima, derivada ¡oh rarezas de la vida!, de la misma situación aflictiva en que la familia se encontraba. ¡Qué cosas hace Dios!

Pero si preguntamos qué especie de superioridad ha dado al teatro alemán este tesoro inagotable de elementos poéticos, no dejará de ser aflictiva la respuesta.

El médico del vapor, caballero muy estimable, habia muerto en lanoche anterior, de fiebre amarilla, enfermedad contraída en San-Thomas, donde la muerte hace todos los años abundante cosecha de viajeros. Toda la tripulación estaba reunida en el escotillón, miéntras la mayor parte de los pasajeros dormían. La ceremonia era solemne y profundamente aflictiva.

Empeorando por días el estado de los moriscos sevillanos llegó á ser verdaderamente aflictiva su situación más adelante: la vigilancia se hizo más estrecha y más frecuentes los castigos, en tanto que se acrecentaba la campaña decisiva que contra ellos elevaron los elementos religiosos, entre los que se encontraba la del padre Juan de Ribera, arzobispo de Valencia, patriarca de Antioquía y enemigo acérrimo de aquella infeliz raza.

La más triste cosa del mundo era para la madre aquel pavo con patas de alambre clavadas en tablilla de barro, y que en sus frecuentes cambios de postura había perdido el pico y el moco. Pero si era aflictiva la situación de espíritu de la madre, éralo mucho más la del padre. Aquélla estaba traspasada de dolor; en éste, el dolor se agravaba con un remordimiento agudísimo.

El virrey Manso de Velazco estuvo a la altura de la aflictiva situación, y el monarca le hizo justicia premiándole con el título de conde de Superunda. Juan de Andueza, el libertino, cambió por completo de vida y vistió el hábito de lego de la Merced, en cuyo convento murió en olor de santidad.

La alcoba estaba casi a oscuras, pues apenas llegaba a ella la claridad de la lámpara encendida en la sala. Doña Lupe llevó al gabinete la luz. Quería observar lo que hacía su sobrina, y por de pronto le llamó la atención su actitud extraña, no muy conforme con los sentimientos naturales en una esposa en situación tan aflictiva.

Su majestad el rey de las Españas y de las Indias, á quien Dios guarde. Te engañaste, hermano bufón; tu lengua se ha contaminado y anda torpe. El rey no puede ser pieza mayor... por ningún concepto. Y lo siento, porque el tal rey es digno de esa, y aun de mayor pena aflictiva. La reina es demasiado austriaca. Y demasiado mujer, á lo que juntándose que hay en la corte gentes demasiado atrevidas...

Palabra del Dia

godella

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