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Actualizado: 8 de mayo de 2025
Algunos días, así que tomaba alimento lo devolvía, y en otros se quejaba de agudos dolores de cabeza. Don Máximo comenzó a recetar los preparados de hierro, baños de mar y vino de quina, con cuya medicación algo se mejoró, aunque poco. El doctor concluyó por afirmar que mientras no cambiase enteramente de régimen de vida no desaparecerían estos achaques; pero fue imposible reducirla a ello.
Por fin, a despecho de esta formidable terapéutica, la buena señora mejoró bastante al obscurecer: hasta quiso levantarse; pero se lo impidieron Cecilia y Pablito. Uno y otra la habían acompañado largos ratos sentados a la cabecera de la cama. En particular Cecilia apenas se separó más instantes que los necesarios para preparar las unturas y tisanas.
Véase el martirio de la virgen Flora, acaecido en noviembre del mismo año. Aunque muy mal dicho. Esta proposicion no se demuestra facilmente en una sencilla nota. Zaryab mejoró el antiguo laud aumentándole una cuerda.
Mejoró de salud, se le animaron los ojos tristes, y de nuevo emprendió sus estudios. En esa época y no obstante estudiar sin descanso, el tiempo no le faltaba para escribir folletos, para pronunciar discursos desde la tribuna de la logia «Armonía», para hacer versos, y para hablar con sus paisanos de las enfermedades de la patria y de sus curas posibles y necesarias.
Los dos ribadoquines entregados por el mayordomo de la artillería de Málaga no serían únicas piezas con que se armaron las cuatro naves, pues en tal caso fuera excesiva la cantidad de 24 quintales de pólvora con que se las dotaba; es de concebir por ello que con esas dos piezas se aumentó y mejoró el armamento ordinario de artillería de hierro que las carabelas tendrían, á petición del Almirante.
Sonriendo, el ilustre autor repuso: ¡Pero si yo no soy actor!... Soy Edmundo Rostand... ¡Ah! En tal caso replicó su interlocutor, imperturbable, mejoro mi oferta. ¿Le convienen á usted cuatrocientos francos?... La proposición, efectivamente, era tentadora, pero Rostand la rechazó; los tiempos varían: el gran Molière, en su lugar, seguramente la hubiese aceptado.
Dícese que el encuentro fue indescriptiblemente dramático. Esperamos que este ejemplo tendrá imitadores.» Desde este hecho, sea por la influencia de la señora de Moreno o por especulaciones afortunadas, la situación financiera de Moreno mejoró notablemente.
En el mismo salón de la Bolsa sufrió Cirilo un ataque de hemiplejia, le trajeron a casa accidentado y aunque recobró prontamente el conocimiento, se notó que había quedado herido del brazo y pierna izquierdos. Mejoró bastante luego gracias a ciertos baños, pero en el brazo apenas tenía movimiento y la pierna la arrastraba penosamente.
A Jacinta le daban marcos cuando los miraba con fijeza. Ya se acercaban hasta tocar con su copudo follaje la ventanilla; ya se alejaban hacia lo alto de una colina; ya se escondían tras un otero, para reaparecer haciendo pasos y figuras de minueto o jugando al escondite con los palos del telégrafo. El tiempo, que no les había sido muy favorable en Zaragoza y Barcelona, mejoró aquel día.
La quilla estaba hincada entre los peñascos de Frayburu, y no hubo manera de arrancarla de allí y de poner el barco a flote. Los prácticos desistieron de la empresa, y aconsejaron al capitán bretón que aprovechara la carga y abandonara lo demás. Así se hizo; cuando mejoró el tiempo unos cuantos hombres descargaron el barco y lo desmantelaron.
Palabra del Dia
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