Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 12 de julio de 2025
Era demasiado pueblero... ¿Por qué no haría caso cuando le advertimos que no debía internarse así no más en los matorrales de las islas?... ¡Yo fui un tonto en seguirlo! Podría haberme excusado diciendo que estaba enfermo... Pero, ahora que no tiene remedio nuestra imprudencia, ¡sabe Dios lo que me espera!...» Al rato, el Chucro volvió a preguntar a la mujer: ¿Hay galleta? Ella contestó: Sí.
Querría volver a verte como te había visto, estrecharte, enlazarte entre mis brazos, desflorar con mis labios una de las trenzas de tus cabellos querría oír tan sólo el rumor de tus ropas al rozar con los matorrales, el ruido de tus pasos sobre las hojas secas, como cuando en el recodo de un sendero, ese ruido me anunciaba tu presencia . ¡Ay! ¡yo querría que me fuese dable perseverar en el error, creer aún en tu amor, no haberme desengañado!
Pero el pequeño mestizo, que avanzaba delante de él, se detuvo entre dos matorrales y luego volvió el rostro, haciendo un gesto para que se aproximase. Metió su cabeza igualmente entre las ramas, y pudo ver, veinte metros más abajo, una explanada arenosa, en el centro de la cual estaban las ruinas del rancho.
Al poco rato notaron que se acercaban bultos negros arrastrándose por entre los matorrales. Cornelio disparó contra uno de ellos, que quedó inmóvil sin lanzar un grito. Aquel tiro, y sobre todo sus efectos, debieron de asustar a los asaltantes, porque se les vió retroceder a toda prisa y esconderse entre los espesos árboles de la selva.
Luego fué hasta su cabalgadura, desatando de la silla el lazo regalado por la hija de Rojas. Llevándolo en su diestra dió un rodeo á través de los matorrales, hasta venir á colocarse detrás del gaucho. Esta corta marcha le produjo intensos dolores. Varias veces las ramas espinosas se engancharon en su hombro herido.
Y regresó á la Presa, sintiendo sin embargo una ansiedad que le hacía marchar apresuradamente. A la misma hora, cerca de la estancia de Rojas, estaba Manos Duras con sus tres camaradas de la Cordillera hablando al amparo de unos matorrales. Habían desmontado y tenían sus caballos de las riendas.
¡Vamos! veo, señor dijo con una singular expresión de ironía, que ama usted lo bello, lo que habla á la imaginación y al alma, la naturaleza, la verdura, los matorrales, las piedras y las bellas artes. Se entenderá usted maravillosamente con la señorita Helouin, que adora igualmente todas esas cosas, las que para mí no tienen mérito alguno.
Antes de seis meses añadió Watson podremos regar nuestras tierras, según afirma Canterac, y dejarán de ser una llanura estéril. Robledo mostró su contento. Un verdadero paraíso va á surgir, gracias á nuestro trabajo, de este suelo que sólo produce ahora matorrales. Miles de personas encontrarán aquí una existencia mejor que en el viejo mundo.
Aquí, por donde ha pasado el arte romano, el bizantino, el árabe, el mudejar, el gótico y el Renacimiento, todas las artes de Europa, los hierbajos y matorrales cubren las ruinas en los campos, ocultándolas y desfigurándolas, y la barbarie de las gentes las mutila en las ciudades. Se piensa a todas horas en el pasado, y sin embargo, se desprecian sus restos. ¡Qué país de sueño y de abandona!
Palabra del Dia
Otros Mirando