Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de mayo de 2025
Matas de helechos y escolopandras crecen en las anfractuosidades más altas; más abajo la vegetación desaparece, á menos que una mancha roja que se ve en la obscuridad del fondo, sobre un saliente de la roca, sea un grupo de algas infinitamente pequeño.
Los productos refinados de la industria, las modas y los deleites corromperán nuestras costumbres, debilitarán luego nuestros cuerpos y no quedarán al cabo más que hombres afeminados y corrompidos, miserables sofistas, despreciables parásitos que escucharán temblando el chasquido del látigo romano. Esto dijo D. César de las Matas, el hombre más docto que había producido jamás el valle de Laviana.
Don Víctor reía también, sosteniendo que no se levantaban liebres con las piernas, sino con los ojos. ¡Cuántas veces aquella obstinación suya había dado al fin resultado! ¿Se acuerda usted de aquel día de San Pedro, hace tres años, cuando me dejó solo cerca de Arceanes? ¿Quién levantó la liebre, usted que se fué con viento fresco, o yo que me quedé hurga que hurga por las matas?
¡Juan...! ¡Cállate por Dios...! ¡Me matas...! Doña Manuela gritó horrorizada, cubriéndose el rostro con las manos. La sospecha que tanto la molestaba reaparecía en boca de su hermano. Y tan grande era su turbación, que hasta le pareció más ruidoso aquel estertor de agonía, como si el moribundo contestase afirmativamente con su fatigoso ronquido.
Sólo el señor de Ramírez estaba muy formal, y apaciguaba a los alborotadores. «No hay que asombrarse, no hay que asombrarse; yo les contaré a ustedes una cosa que me pasó a mí cazando, que es más rara todavía que la del señor de Castrelo». El canónigo empieza a escamarse y la gente a atender. «Sabrán ustedes que una mañana salí yo al monte, y, entre unas matas, oí así... un ruido sospechoso.
Entre dos puntas de este cabo de Matas hay una ensenada, en que entraron el viernes 11 para registrarla; dando fondo en medio de ella en 30 brazas arena negra, á legua y media ó dos leguas de la tierra.
Más lejos, en la misma orilla, vese una gran manada de bueyes, paciendo libremente como los caballos. De vez en cuando distingo por encima de unas matas de tamariscos la arista de sus dorsos encorvados, y sus cuernecitos que se yerguen en forma de media luna.
Hasta durante el verano, cuando sus aguas están en el más bajo nivel y se arrastran lentamente por entre matas de hierbas aromáticas medio secas, no cesa de trabajar para cambiar su cauce, y renovar, en la medida de sus fuerzas, el aspecto de la naturaleza.
¡Pero chico, si la das con la badila la matas! ¡Que la mate, recontra! ¿Para qué sirve en el mundo esa puerca? ¡Siempre metiéndose donde no la llaman! ¡Caciplándolo todo! ¡Metiendo las narizotas en las cosas de sus hermanos!... ¡Ya no la aguanto más, recontra!
Le llevaron al palacio y cuando le vio el rey, le dijo: 20 Hombre, dicen que eres muy valiente. ¿Es verdad que matas siete de un golpe? Sí, Vuestra Majestad; le contestó. Pues bien le dijo el rey Tengo una hija muy bonita y te la doy por esposa si matas el jabalí que hace tanto mal a 25 los habitantes de la ciudad. ¿Tienes bastante valor? Sí, Vuestra Majestad respondió el zapatero.
Palabra del Dia
Otros Mirando