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Actualizado: 16 de octubre de 2025


¡Desconfiad! gritaba Santiago, que estaba guarecido detrás de uno de sus valientes al que hacía servir de escudo ; desconfiad, es una astucia de guerra; quieren caer de improviso sobre nosotros; volved a cargar las armas. Señor teniente dijo uno de los marinos , ¡pero si el sitiado tiene el más hermoso par de cuernos que jamás cristiano alguno haya tenido plantados sobre la cabeza!...

Los australianos no son marinos ni tienen barcos dijo el Capitán . Los isleños del estrecho de Torres, y en particular los papúes, tienen muchas embarcaciones y bien pertrechadas. Con ellas emprenden largos viajes. ¿Sin brújula?

Como casi todos los miembros de la familia de este nombre y los emparentados con ella habían sido marinos y viajeros, para explicar sus correrías, intercaladas en las amarillentas páginas, se veían cartas de navegar antiguas, bastante raras.

Los marinos se forjan ilusiones, y quizás por estar demasiado cerca, no conocen la inferioridad de nuestro armamento frente al de los ingleses. Estos, además de una soberbia artillería, tienen todo lo necesario para reponer prontamente sus averías.

En esta isla no hallamos otra cosa que chorlitos, gaviotas y lobos marinos; é inmediato á ella fondeamos la chalupa, y nos quedamos á hacer noche.

El pueblo español es talmente ávido de corridas de toros, que ni un hombre, ni una mujer, ni un niño habían quedado en la población; todos estaban en la plaza, los marinos mismos habían abandonado sus embarcaciones, y cuando llegaron apresuradamente, se encontraron todas las amarras cortadas y vieron a lo lejos faluchos y balandros que el mar se había llevado al retirarse.

Pero apenas se hubo descubierto, la sangre inundó su rostro y cayó desvanecido. Pronto volverá en , dijo el noble después de examinarlo atentamente. He perdido hoy un valiente escudero y mal puedo perder otro. ¿Cuántas bajas hemos tenido, Simón? Nueve arqueros, siete marinos, once hombres de armas y vuestro escudero el joven señor de Roda. ¿Y el enemigo? Sólo queda con vida el jefe normando.

Cubrían el centro de la nave los atezados marinos de Southampton, gente aguerrida toda, armada con hachas de abordaje, mazas y picas. Su jefe el capitán Golvín hablaba con el barón á popa, escudriñando ambos el horizonte y vigilando el velamen y los dos timoneles. Dad orden, dijo el barón, de que ningún soldado ni marino se deje ver hasta que el clarín les mande tender los arcos.

Generalmente los capitanes de los paquebotes ingleses son muy poco galantes, y muchos de sus oficiales son ordinarios en su educacion y sus modales. Unos y otros son muy intolerantes en punto á la hipocresía religiosa de los Ingleses sobre los domingos, y se nota que todos los marinos, desde el primero hasta el último, tienen muchas supersticiones, talvez incompatibles con el hábito del peligro.

Detestaba á Brest, como una de las ciudades más aburridas del Atlántico. Llovía en ella incesantemente y no se encontraba otra distracción que el eterno paseo por la calle de Siam ó la permanencia aburrida en los cafés, llenos de marinos y de oficiales de tierra ingleses y portugueses.

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