Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 18 de mayo de 2025
RUIZ. Señor, ya el Conde marchando con la gente de su bando se dirige a Castellar. Todo lo lleva a cuchillo y por los montes avanza, sin duda con la esperanza de poner cerco al castillo. MANRIQUE. No osarán, que son traidores, y es cobarde la traición. RUIZ. Estas las noticias son que traen nuestros corredores.
No tarda en ponerse en movimiento un torno que hay en la pared, por medio del cual recibe el caballero luz y un cesto con manjares. Dentro del cesto viene también una carta, que dice lo siguiente: «Por los papeles que os he usurpado, sé, Don Gabriel Manrique, parte de vuestros amores. Quien temerosa de perderos os ha impedido el viaje, mal os lo consentirá celosa.
Pero, a pesar de mi ambición, os amo, madre mía; no... yo no quiero sino ser vuestro hijo. ¿Qué me importa un nombre? Mi corazón es tan grande como él de un rey... ¿Qué noble ha doblado nunca mi brazo? AZUCENA. Sí, sí. ¿A qué ambicionar más? MANRIQUE. Aún no viene. AZUCENA. Pero sin embargo, estás muy triste... ¿Te devora algún pesar secreto? ¿Sientes tú haber nacido de unos padres sí humildes?
Las artes pacíficas no encontraron poderosos estímulos en el carácter sombrío del soberano, y de este modo nos explicamos la melancolía que inspiraba al poeta Jorge Manrique, que vivió lo bastante para ver tan tristes días, cuando, al recordar la espléndida corte de D. Juan II, se expresa así: «¿Qué se hizo el rey Don Juan?
De todas partes quería sacar provecho don Frutos, y prueba de ello es que decía, por ejemplo: «Que Manrique se enamora de Leonor, y que el conde también se enamora, y se la disputan hasta que ella y el perdulario del poeta amén de la gitana, se van al otro barrio, ¿y qué? ¿qué enseña eso? ¿qué vamos aprendiendo? ¿qué voy yo ganando con eso? Nada».
AZUCENA. Tú no conoces esa historia, aunque nadie mejor que tú pudiera saberla. MANRIQUE. ¿Yo?... AZUCENA. Te separaste tan niño de mi lado ¡ingrato! Abandonaste a tu madre por seguir a un desconocido... MANRIQUE. A don Diego de Haro, señor de Vizcaya. AZUCENA. Pero que no te amaba tanto como yo. MANRIQUE. Mi objeto era el de haceros feliz.
Arrodillada en medio de aquel solitario templo vimos á una guapísima peregrina, demasiado hermosa, limpia y elegante para penitente, ó, cuando menos, para excitar ideas de penitencia. Y es cuanto recuerdo de la mejor casa que los Jesuítas tuvieron en España. Esta frase no me pertenece: se la oí al ya difunto Padre Manrique.
Un tomo, 4 pesetas. Ejemplares especiales. CANCIONERO de Gómez Manrique. Dos tomos, 8 pesetas. Ejemplares especiales. LEYENDAS MORISCAS, por D. F. Guillén Robles. Tres tomos, 12 pesetas. Ejemplares especiales. OBRAS DE D. JUAN VALERA. Tomo I: Canciones, romances y poemas, 5 pesetas. Tomo II: Cuentos, diálogos y fantasías, 5 pesetas. Ejemplares especiales.
AZUCENA. No... bastante lo he deseado, pero el sueño huye de mis ojos. MANRIQUE. ¿Tenéis frío tal vez? AZUCENA. No... te he oído suspirar a menudo... ven aquí... ¿Qué tienes? ¿Por qué no me confías todos tus padecimientos? ¿Por qué no los depositas en el seno de una madre? Porque yo soy tu madre, y te quiero como a mi vida. MANRIQUE. ¡Mis padecimientos!
De que realmente haya existido no hay la menor duda, puesto que en el informe sobre construccion de una nueva capilla real escrito en 1644 para ser presentado al rey D. Felipe III, se dice hablando de este sitio: «No se pretende mudar de lo que labraron los árabes, pues ya se hizo la mudanza en tiempo de D. Iñigo Manrique, demoliendo una de las tres capillas que tenian en este sitio los árabes.» Los árabes pues tenian tres capillas, interceptando la del medio la nave central: hoy en las mezquitas de Africa y Asia solo se ve una, á un lado de esta misma nave, y en la posicion que ocupa la que acabamos de describir tan prolijamente.
Palabra del Dia
Otros Mirando