United States or Bahrain ? Vote for the TOP Country of the Week !


BEAUVALLON. ¡Jamás...! Primeramente, cualquiera sabe dónde estaré yo a las seis...! , La Choute, no te portaste bien... Cuando abandonaste el Conservatorio, en el pasado año, no nos dijiste tu dirección. Te busqué por todas partes, ¿lo sabes...? BEAUVALLON. ¡De veras! Sentía alguna ternura por ti. Habíamos dormido juntos, y esto siempre crea ciertos lazos...

Al verte por vez primera, recordé tu rostro y columbré su semejanza en la nebulosa lejanía de tiempos pasados. Reminiscencias confusas de una vida anterior se despertaron en mi alma. En tierras muy remotas, nacida yo en humilde, en casi vil condición, te había amado y había sido tuya. ¡ te avergonzabas de , cruel! me abandonaste. Morir fue mi sino, pero no quise morir desesperada.

¿De qué infierno habéis salido? ¿Por qué me detenéis? ¿Por qué me habláis cuando huyo de vuestras voces?... ¡Isabel, qué me quieres? ¡Me abandonaste un día y ahora vuelves a , acompañada de una bruja! ¿De qué infierno sales, Isabel? ¿Cuál es tu nombre ahora? ¡Soy Isabel, señor!....

Total: la mujer a quien abandonaste siendo tuya y nada más que tuya, te ha enloquecido por sólo parecerte ajena.

No queda tiempo, ni éste es sitio para explicarse; pero como no has querido nunca venir a terreno mío... ¿Era decoroso? En fin, aprovechemos los instantes. ¿Cuál ha sido tu conducta desde que me fui a París? ¿Desde que me abandonaste en la fonda de Santurroriaga? Bueno, como quieras, te abandoné; de eso luego se tratará. ¿Qué hiciste?

Por despecho, hace ya más de cuarenta años, abandonaste el mundo y la vida activa, creyéndote capaz de la vida contemplativa y mística.

Conocía todas las gradaciones amorosas de sus párpados, pero su mirada al herido era algo diferente, algo que él no había visto hasta entonces. Habló con la furia del enamorado que descubre una infidelidad. ¡Y por eso te fuiste sin un aviso, sin una palabra!... Me abandonaste para venir en busca de él... Di, ¿por qué has venido? ¿por qué has venido?...

19 , con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto; la columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir. 20 Y diste tu espíritu bueno para enseñarles, y no detuviste tu maná de su boca, y agua les diste en su sed.

¿Por qué abandonaste el baile? Porque hacía demasiado calor para en la sala. ¿No es porque bailaba yo con otro? ¡Oh! de ningún modo.

Entonces él exclamó: ¡Mentira parece que hayas tenido valor! No tienes derecho a reconvenirme. Te gusté, era libre, y además tonta: te creí... ¿qué había de suceder? Después me abandonaste sin el más leve motivo de queja. Al llegar aquí, don Juan creyó notar que los ojos de Cristeta brillaban humedecidos en llanto, y que su voz acusaba profunda turbación de espíritu.