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Actualizado: 22 de mayo de 2025
Me comparo entonces a cierto aprendiz de mago de una antigua leyenda, que se propuso evocar y llamar a sí a un ser etéreo, a una sílfide, a una diosa beatificante, y equivocó las fórmulas, los procedimientos y los conjuros, y suscitó un vestiglo que cayó sobre él, le derribó por tierra y le pisoteó el cuerpo y el alma.
Pero los entusiastas del gran mago la apreciaban porque sabía entrar «en la piel de los personajes». Wagner poeta, creador de héroes épicos, intérprete de conflictos humanos, le inspiraba tanta adoración como Wagner músico. Durante mucho tiempo, por un fenómeno de artística adaptación, había creído ser Brunilda. Su verdadera personalidad era la de la hija de Wotan.
Esta facultad es el entendimiento agente: verdadero mago que posee el maravilloso secreto de despojar á las especies sensibles de sus condiciones materiales, de quitarles toda la parte tosca que las impedia ponerse en contacto con el entendimiento puro, transformando el grosero pábulo de las facultades sensitivas en purísima ambrosía que pudiera servirse en la mesa de los espíritus.
Este santo, mago y encantador al principio, muestra á los hijos de Cosroes, á sus ruegos, en un espejo negro, la entrada de su padre en Jerusalén; pero, al ver la cruz, su arte es impotente, y le sugiere sus primeras dudas acerca de la verdad de su religión.
Diríase que el mago Carnaval, con poderoso conjuro, había desencantado la Fábrica, y vuelto a sus habitantes la verdadera figura en aquel día. Muchachas en las cuales a diario nadie hubiera reparado quizá, confundidas como estaban entre las restantes, resplandecían, alumbradas por una ráfaga de hermosura, y un traje caprichoso, una flor en el pelo, revelaban gracias hasta entonces recónditas.
Tan cansado estaba Zadig que durmió profundamente, puesto que enamorado; mas no dormia Itobad que estaba acostado en el quarto inmediato: y levantándose por la noche entró en el de Zadig, cogió sus armas blancas y su mote, y puso las suyas verdes en lugar de ellas. Apénas rayaba el alba, quando se presentó ufano al sumo mago, declarándole que un hombre como él era el vencedor.
En donde todo es mágia, no tiene oficio el mago. Por esto tal vez me siento como despegado de esta preciosísima ciudad, de este preciosísimo dige. Ando por deseo y por necesidad de saber; no por la esperanza poética de sentir. Se mueve mi cabeza, están parados mi fantasía y mi corazon.
Esta figura desquiciada y pintoresca confieso que me es simpática y que la vería con gusto otra vez en el rincón del café de artistas. Pero Fantomas es el hombre nube, el hombre pájaro, que no vuelve a posarse en el mismo sitio. No me extrañaría recibir una carta suya diciéndome que se ha hecho mago del Tíbet o que está dirigiendo una academia de baile flamenco entre los pieles rojas.
El taumaturgo representaba para las imaginaciones más que todos los soldados y todos los buques de su país. Y Toledo, que adornaba su dormitorio con retratos de Joffre y de Foch, pero creía al mismo tiempo que en la victoria del Marne había intervenido Santa Genoveva, patrona de París, se sintió atraído por estos milagros del mago americano, que todos anunciaban como cosa segura.
Para colmo de aflicción, vió la buena señora por todas partes los objetos con que Celinina había alborozado sus últimos días; y como éstos eran los que preceden á Navidad, rodaban por el suelo pavos de barro con patas de alambre; un San José sin manos; un pesebre con el Niño Dios, semejante á una bolita de color de rosa; un Rey Mago montado en arrogante camello sin cabeza.
Palabra del Dia
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