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Actualizado: 4 de junio de 2025
Su mujer le respondió que eso era porque los maridos no entraban allí, habiéndolo prometido así San Pedro a Santa Genoveva. En cuanto a Momo, sostuvo que una vez que la Gaviota había encontrado marido, bien podía la epidemia no perder las esperanzas. Rosa Mística lo tomó por otro estilo. María había aumentado el catálogo de sus agravios con uno de fecha reciente.
A despecho de la rudeza del diseño, gustaba a Lucía la figura de la Virgen, la modestia de sus ojos bajos, la mística idealidad de su actitud. Si poseyese una cantidad crecida de dinero, a buen seguro que la daría por un Cristo que andaba confundido entre otras curiosidades, en el baratillo.
El pantalón de mahón, que Rosa Mística había lavado por milésima vez, pasándolo por agua de paja que, por desgracia, no era el agua de Juvencio, se había encogido de tal modo que apenas le llegaba a media pierna. Las charreteras se habían puesto de color de cobre. El tricornio, cuyo erguido aspecto no habían podido alterar ocho lustros de duración, ocupaba dignamente su elevado puesto.
Y cuando en medio de gemidos que no tengan nada de terrestres, esta ciudad sea engullida por fin y profundamente fijada bajo la mar, todavía, levantándose sobre sus mil tronos, el Infierno le rendirá homenaje. En el mes de Junio, a media noche me encuentro bajo la mística luna.
El Nacimiento no es una obra de arte á los ojos de los adultos; pero los chicos encuentran tanta belleza en las figuras, expresión tan mística en el semblante de todas ellas, y propiedad tanta en sus trajes, que no creen haya salido de manos de los hombres obra más perfecta, y la atribuyen á la industria peculiar de ciertos ángeles dedicados á ganarse la vida trabajando en barro.
Pero ya que el Magistral mismo se quejaba, daba a entender que aquella persecución le dolía, era necesario saber más, procurar el consuelo de aquel corazón atribulado, buscar remedios eficaces, ayudar al justo perseguido, calumniado, que además del justo era el padre espiritual, el hermano mayor del alma, el faro de luz mística, el guía en el camino del cielo.
De pronto, un sonido metálico, de mística vibración, suave como la voz de una mujer, cortó el aire, envolviendo los ruidos de la calle. Era para Ojeda la más amada de todas las visitas invisibles que venían a buscarles en su encierro amoroso. La campana de don Miguel murmuró tristemente una boca junto a su cuello.
Engañada por la idealidad mística que no acierta a encerrar en sus verdaderos términos, es víctima al fin de su propia imaginación, de su sensibilidad no contenida, y se ve envuelta en horrorosa catástrofe.... Pero no intentaré describir en pocas palabras la sutil psicología de esta señora, tan interesante como desgraciada.
Ha tiempo que debiste tener el valor de no fingirte mística y devota, si no lo eras, y de decírselo a doña Inés y no seguir engañándola. En tu franqueza pudo haber peligro, aunque tú lo exagerabas; pero ya que te jactas de valiente, debiste hacer cara a ese peligro sin apartarlo de ti por medio de una falsía.
Su tío de usted, el señor don Elías continuó la mujer mística, observo que trata á su sobrino con demasiado rigor. Y otros también dijo Lázaro, volviendo el rostro. ¿Y cómo quieren que sea buena una persona que no es amada? dijo con admirable misticismo la dama.
Palabra del Dia
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