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Actualizado: 8 de julio de 2025


Y el manuscrito que tengo á la vista, donde consta esta curiosa noticia, añade «que don Diego estaba loco, y siempre lo fué, como se vió en muchas ocasiones, y así se dió licencia para enterrarlo en sagrado

Y al mismo tiempo, según la tenía cogida por las yemas de los dedos, la atrajo contra hasta juntarse ambos cuerpos, y le dio un beso sonoro, largo y apretado, uno de esos besos que despiertan en los ángeles deseo de pedir licencia para venirse al mundo.

Sólo os suplico me deis Licencia de visitaros, Si fuere parte á obligaros 655 Confesar que me debéis, No dineros, sino amor. DO

Supongo les tendrán concedida tácita licencia, y los religiosos usarán de ella en las ocasiones que la necesiten, pues de otro modo no cómo podrán componerse con sus conciencias.

, eso, eso dijo Doña Francisca remedando el tono grandilocuente con que mi amo había pronunciado las anteriores palabras . : ¿y todo por qué? Porque se les antoja a esos zánganos de Madrid. Que vengan ellos a disparar los cañones y a hacer la guerra... ¿Y cuándo marcha usted? Mañana mismo. Me han retirado la licencia, ordenándome que me presente al instante en Cádiz».

Usted no es nadie aquí; y para hablarme me pide licencia.

El contraste entre la abundancia de los metales preciosos en América, y su escasez, tan comun en aquel tiempo en Europa, y mas especialmente en España, explica esta sed inextinguible de oro en los que marchaban bajo los pendones de Cortes y Pizarro. La disciplina militar no era entonces tan severa que enfrenase la licencia del soldado, y escarmentase la prevaricacion de los gefes.

En efecto, señor dijo el duque , los vizcaínos son muy hábiles y muy industriosos. A primera vista se conoce la bondad de esa arma. Pero con licencia de vuestra majestad, vengo á hablarle de un negocio muy importante. ¿Tan importante que no admite demora? De ningún modo, señor.

Tía: yo quiero cambiar de modo de vivir; yo quiero ser otro. La tía asintió con un gesto enigmático. Muy bien; así habían hecho San Agustín y otros santos varones que pasaron su juventud en la licencia, para ser luego lumbreras de la Iglesia.

No te alarmes dijo el aparecido . Dios me ha dado licencia para venir a encomendarte un asunto. Ve mañana al mediodía al portal de Botoneros y pídele a don Marcos Guruceta seis mil pesos que le di a guardar, y que están destinados para poner en el primer claustro la vida de nuestro santo patrón. Y dicho esto, la visión desapareció. El padre Antolín se quedó como es de presumirse.

Palabra del Dia

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