Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de noviembre de 2025


Vuestra sociedad excusa, glorifica esta debilidad, este egoísmo. Al amante que para evitarse a mismo un dolor, para asegurarse la posesión del placer mata a su rival, se le perdona; se va hasta juzgar hermoso, grande, admirable ese amor ciego y leal. En cambio, se condena el amor que a nosotros nos guía, nuestro sacrificio consciente, la obra de salvación a que nos dedicamos.

Pero si sabe todo lo que ese hombre puede saber, mas la poesía, que supone otra multitud de conocimientos, puede contarse por seguro que será declarado sin apelacion, espíritu superficial. ¿Es sério este modo de juzgar? ¿Sabe Vd. lo que Napoleon decía del poeta Corneille? Pues bien, decía que á haber vivido en su tiempo le habria nombrado su primer ministro.

Una obra de ingenio es harto difícil de juzgar, y la buena reputación que adquiere se debe a pocos sujetos entendidos que logran imponer su opinión, a veces al cabo de muchos años, cuando no de siglos. Los demás hombres se someten a esta opinión por pereza, o porque habiendo ya muerto el autor de la obra, les importa poco que sea celebrado y ensalzado.

Vais á juzgar dijo el rey continuando la lectura : «pero lo que no conseguiríais del duque de Lerma ni de la camarera mayor...» ¡Oh, Dios mío! exclamó la duquesa : perdóneme vuestra majestad si le interrumpo, pero... me parece que el que ha escrito esta carta me cuenta entre el número de los traidores. ¿Quién dice eso? y aunque lo dijesen, ¿creéis que yo me dejaría llevar de carteles misteriosos?

, señor, enemigo de Dios y de los hombres... Es decir, de Dios desgraciadamente no puedo serlo, porque no existe. Si existiera, a juzgar por sus obras, sería un Dios bien perverso. No pudiendo serlo de Dios, lo soy de los hombres, no para hacerles daño, sino para huir de ellos como se huye de las bestias feroces. Desde que nací me han hecho experimentar muchos dolores.

Bendito sea Dios, que tal me ha dejado ver con mis propios ojos. - dices bien, Sancho -dijo don Quijote-, pero has de advertir que no todos los tiempos son unos, ni corren de una misma suerte, y esto que el vulgo suele llamar comúnmente agüeros, que no se fundan sobre natural razón alguna, del que es discreto han de ser tenidos y juzgar por buenos acontecimientos.

En cuanto á Andrés, á juzgar por su resuelto continente y por su sonrisa desdeñosa, puede asegurarse que acaricia la ilusión de construir por su cuenta, á su vuelta de América, un barrio tan elegante y monumental como el que va recorriendo. Tres días hace que llegaron del pueblo.

No hace mucho que se pronunció en este mismo aposento: os escuchaba... desde esa ventana; os oía á vos, al padre Aliaga, al tío Manolillo. ¿Doña Clara? Eso es... doña Clara Soldevilla. ¿Pero es cierto que él la ama? Podréis juzgar de ello dentro de poco. ¡Cómo! ¿vos podéis procurarme?...

Palabra del Dia

vengado

Otros Mirando