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Actualizado: 26 de junio de 2025


Yo comprendí en seguida que no había ningún peligro repuso Huberto, tratando de justificarse, tenía tiempo de llamar, y no me creí obligado a ensuciarme las manos por un apresuramiento inútil. Es ridículo perder la cabeza por tan poca cosa. Pero contestó María Teresa en un tono de suave ironía, no me habría disgustado verlo desafiar por el peligro de tiznarse un poco las manos.

Ya veremos cuando me encuentre con Adherbal si amo a Echeloría o si no la amoEstas y otras sutilezas y quintas esencias alambicaba, fraguaba y se representaba Mutileder para justificarse; pero, como hemos dicho, no lo lograba nunca.

¡Hum!... En fin, habrá perdido el tiempo, y por mucho que digan, mal de muchos... Raúl había eludido hábilmente la cuestión, y la pobre niña, engañada con aquellos fingidos celos, no pensó más que en justificarse, olvidando sus propias ofensas y sus secretas aprensiones.

Han luchado como unos héroes los críticos germanófilos; pero, últimamente, las cosas les han salido algo mal, y yo temo que les rebajen el sueldo, por la misma razón en virtud de la cual se lo subieron un día. En vano tratan de justificarse. Uno de ellos decía recientemente que el avance aliado carecía de mérito porque, según confesión francesa, los alemanes andaban escasos de armas.

Además, los comisarios de la plaza comenzarán la visita de inspección, para averiguar si los habitantes tienen víveres para tres meses, lo cual deberá justificarse por éstos. Hoy, 20 de diciembre de 1813. Juan Pedro Meunier, gobernadorTodo aquello lo vio y lo oyó Hullin en menos de un minuto, pues el pueblo entero estaba en vilo. Escenas extrañas, serias, cómicas, se sucedían sin interrupción.

Al cabo, no pudiendo ya contenerse, interrumpió a su madre: Mamá, ya es hora de que nos vayamos. Estamos molestando al señor doctor. En seguida, hijo mío. Dos palabras más, y nos vamos. Y comenzó de nuevo a hablar, a justificarse y a pretender demostrar algo, sin conseguirlo.

Grande y muy envidiable mérito es éste; pero no llega, ni con mucho, al del autor que produce algo, no fuera de moda, sino superior a la moda y que ha de persistir cuando la moda pase, porque toda moda ha de autorizarse y justificarse, comprendiéndolo en vez de desecharlo. Así los clasicistas del siglo del renacimiento y del de Luis XIV ponían a Homero a la cabeza de los clásicos.

Donde quiera había oposición, había incendio; donde quiera había resistencia, había metralla; se talaron campos, se destruyeron estacadas, y por último, se pisotearon los falsos ídolos personificados en las calaveras, acompañando á este sangriento cuadro la ejecución que con toda publicidad se llevó á cabo, ahorcando á todos los que pudo justificarse participación directa en los asesinatos.

En su aspecto general, en sus ojeras profundas, era visible el trabajo que se efectuaba en su interior; pero, ¿qué era lo que lo mortificaba? ¿La injusticia de la acusación, o el remordimiento del delito? Cuando Ferpierre le preguntó si persistía en sus declaraciones, si nada tenía que añadir para justificarse, contestó con voz ahogada: No.

Tratando de justificarse a sus propios ojos, pensaba que, después de la lectura de las memorias de la Condesa y el interrogatorio de Vérod, había visto y firmado la verdad; pero el recuerdo de sus vacilaciones, de sus sospechas, de sus tentativas ambiguas y desgraciadas lo confundía. ¿Cómo no se había mantenido en la opinión de que la acusación era obra enteramente del odio de Vérod?

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