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Actualizado: 11 de mayo de 2025
No fuimos nosotras, seguramente; pero la historia salió en un diario con la cifra, y en el acto dos jóvenes reporters acudieron a hacer sufrir un interrogatorio sobre su pasado a M. Scott, pues querían escribir sobre nosotros una crónica en sus diarios. M. Scott es a veces algo vivo, y ese día lo fue bastante, despidiendo bruscamente a esos señores sin decirles nada.
Media hora más tarde, el interrogatorio de los testigos había terminado. El mecanismo judicial funcionaba de nuevo regularmente. Las preguntas eran seguidas de respuestas. El adjunto del fiscal tomaba notas. El reportero dibujaba, con aire grave y atareado, cabezas de mujeres. El acusado daba explicaciones detalladas.
Guiado por esta clase de razonamientos, pensó Ferpierre en tentar una prueba: llamaría sucesivamente a los dos acusados, y a cada uno diría que todas las sospechas pesaban sobre el otro. La actitud de uno y otro podía ayudar al descubrimiento de la verdad. Y una vez más reanudó el interrogatorio de la Natzichet.
¿Y qué más le dijo? preguntó Lázaro, que no se cansaba nunca de las terribles respuestas de aquel fatal interrogatorio. Que debía aplicarse á la oración y á una vida santa. ¿Y ese militar no la ha vuelto á ver más? Estos días le he visto rondando por la calle de Belén, y yo ... me figuro.... ¿A ver? ¿Qué se figura usted?
Monleón ha reanimado el espíritu de artistas de otras edades, y para demostración de la escrupulosidad con que la Comisión ha procedido en la adquisición de datos y noticias pertinentes á su objeto, véanse aquí el interrogatorio completísimo que formuló el Excmo. Sr. Presidente de la Junta Arqueológica, y las respuestas dadas por el Vocal y ponente de la misma Sres.
Convenido. Y no mando recado a casa: ya se irán acostumbrado. Magdalena sonrió gozosa y volviendo a su interrogatorio y reprimenda, para disimular la alegría, preguntó con gesto desabrido. Y hoy ¿por qué no has venido más temprano? He tenido que hacer una visita. ¿A quién? A un amigo mío con quien estoy organizando una sociedad muy útil y provechosa.
La muchacha me miró extrañada, preguntándose, sin duda, por qué le dirigía estas cuestiones. Yo seguí el interrogatorio. Digo si tienes confianza en mí. Si crees que soy un hombre malo. ¡Un hombre malo! No; no, señor. ¿Entonces, tienes confianza en mí? ¿No crees que yo te quiera hacer daño? No; no, señor; yo no he dicho eso.
Primero había negado que fuese la querida de Zakunine; después lo había confesado, y estas y otras contradicciones, así como la iniciativa que había tomado en el último interrogatorio al contestar en lugar del Príncipe, revelaban, no obstante su falsa indiferencia, su secreta ansiedad por salvarse. Ferpierre se proponía hacer con respecto a este punto nueva investigación.
Limpiándose las mejillas con su pañuelo, fuése la muchacha a la sala, llena de zozobra, detrás de doña Rebeca. Muy urbano y sereno, don Rodrigo la cometió a un interrogatorio prolijo y grave acerca del trato que recibía y de si convivía gratamente con aquellos señores.
Hizo un gesto de conmiseración y respondió muy despacio: Amigo mío, no caigamos en las complicaciones novelescas. ¿Como quiere usted hacer admitir á un perro viejo de los tribunales, como yo, que un juez de instrucción haya podido enviar á la Audiencia un procesado si no se hubiera cometido un crimen? ¿Olvida usted que he visto la causa, el acta de defunción, la diligencia de confrontación, el interrogatorio del acusado, que no negó estar en presencia del cadáver de su querida, y, en fin, todo, todo... ¡Vamos á ver!
Palabra del Dia
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