United States or Saint Martin ? Vote for the TOP Country of the Week !


Un nuevo registro en la villa Cyclamens más minucioso que el anterior, excluyó la idea de que hubiera dinero oculto en la casa, y por último, el interrogatorio de los sirvientes fue igualmente contrario a la sospecha. No quedaba, por lo tanto, más que la hipótesis de la intención del hurto, y Ferpierre no creía en ella.

No obstante, cuando sonó un golpe a la puerta y se dijo que el socio de Tennessee estaba allí para defender al prisionero, fue admitido en seguida sin el menor interrogatorio; acaso los miembros más jóvenes del jurado, para quienes los sucesos se prestaban a graves reflexiones, lo saludaban como un poderoso auxilio.

Avanzaron seis jóvenes, con la cabeza descubierta, las ropas haraposas y los pies metidos en zapatos rotos o alpargatas deshilachadas. ¿De moo que no tenéis pasaje y os habéis metió aquí de polisones sin ni , como si esto juese la casa e toos? ¿Y creéis que esto va a quear ansí?... , ¿de ónde eres? Y los seis polisones fueron contestando al interrogatorio de don Carmelo.

En esto ha parao tanta monería, que parecías un perrito faldero dijo , y salió lentamente por el pasillo, mientras Frasquita, temblona de pura rabia, continuaba dando a don Quintín pechugones, arañazos, pellizcos, tirones de pelo y, lo que era peor, dirigiéndole un interrogatorio, cuya entonación y preguntas auguraban la más espantable venganza.

Se convino que a las tres dadas me encontraría dispuesta para acompañar a la abuela, y como no quería, de ningún modo, sufrir un interrogatorio malicioso, envié dos letras a Francisca para que se encontrase a las tres en casa de la de Ribert. Contaba con ella para cambiar de conversación e impedirla que fuese desagradable para .

Por fin, siguiendo el consejo de no recuerdo qué médico famoso, determiné que varios de los doctores más eminentes de la ciudad se reunieran en consulta, y después de dos horas del más penoso interrogatorio, pronunciaron mi sentencia. Mi mal era incurable y degeneraría en locura; el tumor que se habia formado en mi cerebro era inoperable y la muerte se aproximaba, aunque lentamente.

El general se puso más rojo que una guindilla; temblaron sus labios, agitados por la cólera; iba a proferir alguna gran atrocidad, pero al fin, dominándose, dijo enderezando sus palabras hacia el fiscal: Continúe usted el interrogatorio, señor capitán. Primera vez en su vida que al general le quedó una barbaridad entre pecho y espalda.

Ya procuraremos ayudarla a usted a acordarse. Mientras tanto, permanecerá usted a disposición de la justicia. La joven se marchó, alta la frente, impasible como había estado durante todo el interrogatorio, y Ferpierre, contemplándola mientras se alejaba, reflexionaba que por ese lado nada sabría.

Esa es la Casa de las Muertes..... respondió una huevera que pasaba por allí á la sazón. No llamen ustedes, que ahí no vivo nunca nadie. ¿Y por qué? Porque ahí hubo siete muertes..... replicó la mujer con acento lúgubre. Nosotros nos miramos muy regocijados, y proseguimos el interrogatorio..... Pero la huevera no sabía más.

El último interrogatorio lo había dejado aún más perplejo. ¿Por qué habían contestado los acusados de diverso modo a las intimaciones de que revelaran la naturaleza de sus relaciones? Nada obligaba ciertamente a la Natzichet a confesarse la querida del Príncipe y era extraña la insistencia con que ella misma había casi forzado al Príncipe a no contradecirla.