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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Indudablemente ha de calificarse de imitador de Calderón, porque lo copia con mucha exactitud, sobre todo en su estilo; no es la suya una imitación servil, sino la de un poeta ingenioso y de talento que sabe asimilarse muchas bellezas de su modelo.
De ninguna manera; no quiero que te rías de mí. Aunque fueses feo, siempre quedarías como hombre agradable e ingenioso. Muchas gracias... pero no trago el anzuelo. Dime entonces tu nombre. ¿Para qué?... no me conoces... me llamo Juan Fernández. Eso no es verdad. Ambos quedaron silenciosos unos instantes.
Mas no le avino como él pensaba, según se cuenta en el discurso desta verdadera historia, dando aquí fin la segunda parte. Tercera parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha Capítulo XV. Donde se cuenta la desgraciada aventura que se topó don Quijote en topar con unos desalmados yangüeses
Inés con D. Diego de Rumblar, previa legitimación de aquélla, por lo que llaman autorización del Rey, con lo cual ambos derechos se funden en uno solo, evitando cuestiones. En cuanto al punto más difícil, la Sra. Marquesa lo ha resuelto al fin de un modo ingenioso y seguro. La niña ha entrado al fin con pie derecho en la familia.
Gánanse los ducados con ducados, las plazas de Francia con sus propias pistolas, ¡y juro por San Andrés!, que antes que hacer cuartos a los herejes holgárame hacer cuartos de mis ochavos. Ingenioso lenguaje exclamó Ramiro.
Segunda parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha Capítulo IX. Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron
En el siglo XVII, cuando nuestra nacionalidad vigorosa, original y profundamente característica, no había recibido influjo extranjero, los españoles se componían de otro modo: iban á su objeto por medios más violentos, más decididos, más románticos, que indicaban antes la pasión que la intriga; más bien la resuelta actitud del valor que el ingenioso intento de la astucia.
Clara, viendo ya á todas horas á D. Carlos y á D. Fadrique, había penetrado la diferencia de los afectos que á ambos la ligaban, y cada día los hallaba más compatibles. El Comendador le inspiraba cada día más veneración, ternura y gratitud por su sacrificio generoso. D. Carlos le parecía cada día más agraciado, bello, enamorado, ingenioso y poeta. Pasaron así algunos meses más. Vino la primavera.
Allí estaba el ingenioso Quino que casado recientemente con Eladia, encontraba ya harto pesada la dialéctica de su tío Martinán y sólo la soportaba porque algún día la tragaría la tierra y dejaría encima algunos doblones. Allí estaban Maripepa y su hermana Pacha, convencidas ambas de que antes de mucho tiempo se celebraría otra fiesta parecida para festejar la boda de la primera.
Nos llama la atención, en estos versos, el arte ingenioso, con que unas mismas palabras, sin violencia alguna, sólo con variarlas de lugar, no sólo ofrecen un sentido diverso y muy claro, sino que primero forman dos asonancias distintas y al fin una redondilla.
Palabra del Dia
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