Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 18 de junio de 2025


La energía indomable del doctor Vargas lo salvó; pero, cuando salió de la lucha, la juventud había pasado, y sólo quedaba en el alma un cariño inmenso por los que sufrían lo que él había sufrido. Siempre he mirado con un supremo respeto al distinguido escritor colombiano que tiene, como Prometeo, la cadena que lo aferra y el buitre que lo devora, sin que su espíritu decaiga un instante.

Sus facciones no conservaban contracción de ira ni gesto de dolor; pero los ojos, vidriados por la muerte, indicaban todavía el tesón indomable de su alma, sin que bastaran a desfigurarle la barba crecida ni el semblante pálido por la hemorragia.

Su inteligencia, que era muy perspicaz y cultivada del modo que hemos dicho, prestaba más fuerza á aquel sentimiento exagerado; y el consorcio extraño de sus facultades intelectuales con su gran pasión, unido á su trato indomable, hacía de él uno de esos seres monstruosos, que la observación superficial califica ligeramente de este modo: un loco.

Triste cuadro se ofreció á su vista; montones de muertos y heridos castellanos y leoneses, franceses é ingleses; y mas allá, al pie de una roca, siete arqueros, con el indomable Tristán de Horla en el centro, heridos todos pero no vencidos todavía, blandiendo las ensangrentadas espadas y saludando á sus salvadores con un grito de bienvenida.

Bien puedes, Ocasion, estar segura, Que yo hare por mi parte marabillas, Si tu favor y ayuda no me falta. Pero ves aqui viene el indomable, Apercibete, hermana, y derribemos La vana presuncion deste cristiano. Sale AURELIO. Qué no ha de ser posible, pobre Aurelio, El defenderte desta mora infame, Que por tantos caminos te persigue?

El indomable teniente paseó largo rato su furor por las calles, animando con vivas interjecciones a sus huestes, lanzándolas en persecución de los rebeldes como un cazador lanza su jauría en persecución de un venado.

La sarracina continuaba; muchos timoratos escapaban a la calle Piedad, espantados; otros se guarecían detrás de las puertas, de las columnas, de las mesas. Y en medio de la confusión, de las voces, de las carreras, de los golpes, la enseña de la autoridad se mostró... Rocchio, indomable, protestaba, siempre al pie de la pizarra y los compañeros de Jacinto.

Sus duras facciones estaban impregnadas de una indomable energía, sus ojos, entonces muy abiertos, echaban llamas, y se erguía, terrible, pronto á atacar y á defenderse. Detrás de Harvey, habían aparecido Tragomer, Marenval y Jacobo. Sorege les englobó á todos en el mismo insulto: ¡Estabais escuchando en las puertas! Aproximaos, señores, y veréis más cómodamente.

Sus negros ojos brillaban, relucían, chispeaban, parecía que llevaban en una expresión de reto continua, persistente, indomable. Su paso no era lento, grave y acompasado, sino vago, indecisivo, maquinal, nervioso, por decirlo así.

Las ruinas del convento son las de un nuevo género de fortaleza y de conquista, la fortaleza monástica y la conquista religiosa de la edad média, recordando el martirio de un hombre de conciencia libre y sentimiento indomable.

Palabra del Dia

aconséjele

Otros Mirando