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Actualizado: 9 de mayo de 2025
Ya debe usted suponer á lo que vengo dijo Lázaro sin saludarle: usted me conoce, usted me dió la libertad. Yo creía que desde entonces podía haber entre nosotros la amistad que á mí me imponía la gratitud; pero usted no ha querido; usted ha seducido y deshonrado á una pobre muchacha, á quien considero yo como mi hermana.
Sus condiciones morales todas buenas: la piedad sincera, el trato afable, el lenguaje humilde, la caridad modesta, y en todo tan compasivo y tolerante, que, con ser grande el respeto que imponía, aún era mayor la cariñosa confianza que inspiraba. Su ilustración no debía de ser extraordinaria.
Cuando Coletilla, después de instalado en el piso segundo, manifestó á las señoras la probabilidad de que su sobrino fuese á vivir con él, Salomé se quedó un poco pensativa; pero María de la Paz dijo que no había inconveniente, supuesto que el joven, bajo la vigilancia y tutela de su tío, habría de tener el comedimiento y la dignidad que aquella casa imponía á sus habitantes.
En torno de la aldea había un círculo de árboles que apenas le daban sombra ya. Allá en el fondo brillaba como un cristal el río, entre el follaje marchito de las plantas acuáticas. Andrés se sintió alegre y satisfecho, a pesar de los cuidados que le imponía la situación original en que se había colocado. Con la salud le había venido la fuerza para afrontar los reveses de la vida.
Como sucede siempre á estos personajes, su afectación tenía algo de ridículo; pero era la del que nos ocupa una de esas ridiculeces que sólo notan los hombres de verdadero talento, los hombres superiores. A los demás, don Rodrigo Calderón, que él era, debía imponer respeto, y lo imponía.
¿Porqué imponía el General Otis para la paz, condición tan humillante á un ejército que juntamente con el americano había derramado su sangre y cuya bravura y heroismo fueron celebrados por el almirante Dewey y otros jefes americanos?
El marqués la contemplaba con mirada incierta, aun dudando todavía, pero la confidencia que acababa de brotar del corazón y de los labios de la vizcondesa tenía tal sello de verdad, que por sí misma se imponía; así lo comprendió rápidamente el marqués, y tomando con efusión las manos de la de Aymaret, mientras se sentaba delante de ella abrumado y confuso: ¿Es posible?... le dijo . Sí, yo sé que nunca falta usted a la verdad... ¡Oh! que Dios le premie el bien que me ha hecho usted... ¡Oh! ¡cuan agradecido le estoy!... ¡No me da usted la dicha, ay!... pero al menos me devuelve carácter y honra.
Unos, como el Vara de plata, lo achacaban a la impiedad del tiempo; otros, como el músico, hacían responsable a la misma Religión, aunque no osaban decirlo en alta voz. El respeto a la Iglesia y sus altos poderes, aprendido desde la niñez, imponía silencio a la población de la catedral.
Doña Luz, al oír esta malvada voz, que era sin duda voz del infierno, tenía miedo a que le pesara de que el amor del P. Enrique y sus celos y su desesperación fuesen ilusorios. Por dicha, doña Luz era buena, y era además enérgica y briosa de voluntad, y pronto imponía silencio a la voz y apaciguaba en su pecho la turbación y alboroto que la voz causaba.
Las doncellas de doña Paula venían siempre de su aldea; las escogía ella cuando iba por el verano al campo. Las conservaba mucho tiempo. La condición de dormir cerca del señorito, por si llamaba, se les imponía con una naturalidad edemíaca. Ni las muchachas ni el Magistral habían opuesto nunca el menor reparo.
Palabra del Dia
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