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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Su cadáver es llevado á la presencia de Rodolfo; viene también Ethelfrida; ensalza el heroismo de su esposo, cuya muerte prefiere á una vida deshonrosa, y se aleja de allí para morir; el Emperador, sin embargo, ordena que se tributen los bélicos honores á su enemigo difunto.
Para no incurrir en semejante pecado, cierro el registro con un punto final..., más no sin dejar consignada antes, y como un acto de justicia, la siguiente declaración: Los marinos de Santander, al vestirse la levita de hoy, no se han dejado la abnegación, la pericia, ni el heroísmo, en el burdo chaquetón de ayer.
Llama equidad á la ruïn codicia, llama heroismo al crímen más sangriento, saber á la malicia, redencion al tormento, y á la venganza bárbara, justicia. Ciencia al enmarañado laberinto en que su limitada inteligencia se pierde errante sin hallar salida; alma á su ciego instinto, al vil temor prudencia, fé al fanatismo ciego, ley al hierro homicida, y á la inaccion estúpida, sosiego.
No en mis días: si la faz no ha empalidecido, si el corazón no ha temblado ante ningún poeta legendario, por cruel que se haya mostrado, las alteraciones atmosféricas no prevalecerán contra mi heroísmo. En esta admirable disposición de espíritu atravesé casi toda la calle del Arenal.
Ella, por su parte, había podido apreciar el carácter caballeresco, la pronta decisión y la viril energía de aquel joven jefe encerrado en aquel precario abrigo con un puñado de forajidos, en quienes hacía vibrar las cuerdas dormidas del patriotismo, del heroísmo y del honor por la fuerza del ejemplo. Lo que no era siempre fácil.
Marcial hubiera tomado por su cuenta de buena gana la empresa de servir una de las piezas de cubierta; pero su cuerpo mutilado no era capaz de responder al heroísmo de su alma. Se contentaba con vigilar el servicio de la cartuchería, y con su voz y con su gesto alentaba a los que servían las piezas.
Haz que formemos, Señor y Maestro, contra ambiciones un sólido muro, por la memoria inmortal del ancestro, por el destino del nieto futuro. Frente a la audacia del imperialismo, que en triunfo ostenta el orgullo del yelmo, danos tu lumbre, tu bravo heroismo, y une las almas en fuerte cogüelmo.
Un heroísmo que se sacrifica es muchas veces más poderoso que el heroísmo que vence. El ilustre Simoulin tuvo numerosas ocasiones de conocer este sacrificio predicado por él.
Ofreció uno a don Víctor, diciendo: Vamos, Quintanar, usted que es cazador... y yo que también lo soy... ¡al monte! ¡al monte! Y con los ojos, al decir esto, se lo comía, y le insultaba llamándole con las agujas de las pupilas idiota, Juan Lanas y cosas peores. ¡Bravo, bravo! gritaron aquellos señores, que aplaudían el heroísmo ajeno.
Desde entonces conocí que el heroísmo es casi siempre una forma del pundonor. Marcial y otros me miraban: era preciso que me hiciera digno de fijar su atención. «¡Ah! decía yo para mí con orgullo . Si mi amita pudiera verme ahora... ¡Qué valiente estoy disparando cañonazos como un hombre!... Lo menos habré mandado al otro mundo dos docenas de ingleses». Gabriel, tráeme agua».
Palabra del Dia
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