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Actualizado: 21 de junio de 2025
Discutimos largo tiempo sobre las reglas de la comedia, desconocidas en esta nación, y despreciadas por los españoles.» Calderón entró en el año de 1663 en la hermandad de San Pedro, aplicándose con diligencia á desempeñar este cargo eclesiástico, y dejando á esta congregación, en su testamento, heredera universal de su cuantiosa fortuna.
Su hija era heredera de una respetable fortuna, y bien merecía que su esposo aportase, cuando menos, otro tanto á la asociación matrimonial. Además dijo la viuda , yo deseo un yerno que sea persona seria y trabaje con provecho. Nunca me han gustado los hombres que pasan el tiempo soñando despiertos, leyendo libros ó escribiendo cosas que nada producen.
Semejante pensamiento devolvió a Perucho toda la actividad y energía que acostumbraba desplegar para el logro de sus azarosas empresas en corrales, gallineros y establos. Escurrióse bonitamente de la capilla, resuelto a salvar a toda costa la vida de la heredera de Moscoso. ¿Cómo haría?
También se disgustó mucho porque la tía Marcelina, que pensaba instituirme heredera, creo que va a dejarle a Rita los bienes.... Yo no tengo que ver con nada de eso.... ¿Por qué me matan?
Apenas entrado en posesión de sus bienes, el conde creyó que nada podría hacer más agradable a la memoria de su infortunada hija que dedicar al fruto de su unión toda la ternura que antes había tenido para ella y consagrar sus derechos de heredera por una adopción solemne.
Como el infeliz Pirovani siguió diciendo me confió el manejo de su fortuna, y esta casa pertenece á su heredera, yo, en uso de mis facultades, le digo, señora marquesa, que puede usted seguir aquí todo el tiempo que juzgue oportuno, como si fuese de su propiedad, y sin pagar por ella un solo centavo. ¡Qué no haré yo por usted!... Ella le miraba fijamente con ojos interrogantes.
Diana, hija natural y heredera testamentaria del duque de Urbino, se ve obligada á luchar con un partido poderoso, que le hace la guerra, disputándole su herencia, y pretendiendo colocar en el trono á otra Princesa.
Tengo la cara ardiendo y quiero refrescarla un poco con agua. Bajaron por los prados, llegaron al río, y allí la heredera de Estrada-Rosa, contra las prescripciones de D. Santos, se echó agua al rostro por largo rato. Después que se hubo secado ascendieron de nuevo lentamente hacia la casa. ¿Cómo estoy ahora? Bien, ¿eh?... ¡Si viera usted cómo me aburro aquí! No puedo más; todo esto me fatiga.
Había recordado súbitamente que Isidora pleiteaba con una casa noble. ¡Cielo santo!, aquella casa era la de Aransis, sí, recordaba haber oído vagas noticias sobre ello, porque Isidora hablaba de su pleito sin nombrar jamás a la marquesa. Sin duda las cosas importunas dichas por Bou al visitar las salas habían ofendido a la joven, que se suponía heredera y lo era sin duda de tan ilustre familia.
Solamente hubo un daño en este negocio, que fue el de la desigualdad, por ser don Clavijo un caballero particular, y la infanta Antonomasia heredera, como ya he dicho, del reino.
Palabra del Dia
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