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Otros marineros se armaban precipitadamente de sables y puñales, y el maestro Zeli hacía disponer los garfios de abordaje. Kernok, después de haber tomado todas sus disposiciones, descendió al sollado y encerró a Melia que dormía en la hamaca.

Al ¡ay! lanzado por la victima Bolívar se levantó, hizo preso al criminal y lo entregó á la justicia, que oida la confesion del infiel servidor le condenó á sufrir la última pena. Este incidente necesita una explicacion. El Libertador y un emigrado de Carácas amigo suyo, llamado Amestoz, acostumbraban dormir en la misma habitacion. El primero se acostaba en una hamaca y el segundo en una cama.

Yo le mando á V. R. respondió el P. Zea que no haga mudanza ninguna en su vestido y deje que yo me goce en esta pobreza, de que hago más aprecio que de cuantas púrpuras visten los monarcas y emperadores. Todos los muebles de su aposento eran una red, ó como aquí llamamos, hamaca, para dormir, sin colchón ni almohada, unos cuantos libros devotos y un Santo Cristo.

Ante su cuarto vacío, ante su butaca, ante su hamaca, la joven tenía crisis de desesperación, más conmovedoras porque las dominaba valerosamente, y, a pesar de las curiosidades indiscretas y de las lástimas torpes, nadie pudo jactarse de haberla oído quejarse ni visto llorar.

Vadeos, precipicios, quebradas, desmontes y derrumbaderos es lo que se encuentre entre la balsa de Mauban y la visita de Sampaloc, en donde termina el Balete, ó sea el monte que divide las jurisdicciones de Mauban y Lucban. Hasta Sampaloc generalmente se emplea la hamaca, muchos van á caballo, pero es peligroso y molesto por las continuas bajadas.

De aquel pueblo al de San Narciso empleamos todo el día catorce, bien es verdad que dedicamos la mañana á la caza del carabao cimarrón. Para llegar á San Narciso hay que vadear un sinnúmero de veces el Dumalong, no siendo esto lo más malo, y el salvar las peligrosas fragosidades del monte de aquel nombre. No hay que soñar siquiera en hacer este trayecto á caballo, y en carabao ó en hamaca.

Para meterse en la hamaca sin que al mismo tiempo entren estos enemigos, es menester levantar la sábana del suelo, solamente lo preciso para meter arrastrando el cuerpo, sin dejar algun hueco por donde puedan entrar, porque si entran no dejan de inquietar toda la noche.

Estando uno de nosotros en un árbol, vió una humareda hacia el Poniente, que habían hecho los indios cristianos del P. Zea al volver de las costas del río Paraguay, como se supo después; y caminando hacia allá, quisimos llevar al Padre en una hamaca, porque temíamos mucho que á pocos pasos se cayese muerto si iba por su pie; mas él lo rehusó diciendo que quería padecer con nosotros hasta el último instante de su vida.

Ahorita vuelvo», con un balanceo de hamaca en los diminutivos. Era el indiano que veían en lontananza ella y las tías. Doña Águeda era muy buena cocinera; conocía el empirismo del arte, y además lo profesaba por principios. Sabía de memoria «El Cocinero Europeo», un libro que contiene el arte de confeccionar todos los platos de las cocinas inglesa, francesa, italiana, española y otras.

Una hora después, y bajo torrencial aguacero, era conducido Lacoste, en una hamaca, atada á una vara y llevado en hombros por los soldados, á presencia del comandante Castillo, quien lo envió á una casa para que estuviera más cómodo. A Lacoste le acompañaban su esposa y una niña.