Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 26 de mayo de 2025


Fuesen los vencedores unos ú otros, se acordarían de él para tributarle honores casi divinos, como lo prometía Ra-Ra, ó para obligarle á trabajar y darle mal de comer, como venía haciéndolo el gobierno de las mujeres. Al despertar en la mañana siguiente, se vió completamente solo. Todos sus acompañantes habían huído. Esta soledad inquietó al Hombre-Montaña.

Y haciéndolo así, me parece que se abstendrían de robar, porque si ahora lo hacen con tanta frecuencia es porque, además de no concebir ni conocer la ruindad del hecho, no se les compele a la satisfacción, si no existe la cosa hurtada, y sólo pagan su delito con azotes; pero, en sabiendo que además de los azotes les han de hacer pagar el valor de lo hurtado, ellos se abstendrían de este vicio.

Podría esperarse de Corneille, que, al escribir su Heraclio, tuvo á la vista la comedia española , hubiese reformado el plan de Calderón, haciéndolo más consecuente consigo mismo; pero, muy lejos de esto, el francés ha desfigurado lo más importante que le ofrecía el español, no resultando de su trabajo sino una pieza de intriga ordinaria y medianamente confusa.

El primer acto, por decirlo así, era de escaso interés. Después de sus primeros años, pasados al lado de su madre, veía su vida de colegio, vida triste y sin amigos, que tanto influyó sobre su carácter, haciéndolo huraño y retraído. Empezaba el segundo acto con un cuadro pavoroso.

Vaciló como si estuviera ebrio, llevándose las manos á la cara ensangrentada, y al intentar erguirse, un puño enorme volvió á caer sobre él haciéndolo rodar por tierra. Aresti, con los pies inmovilizados por el cuerpo del caído, levantó el bastón al ver que se alzaba contra él de nuevo aquel puño que resonaba sordamente golpeando como una maza.

Resurgió la mano teniendo un papel entre los dedos é intentó llevarlo á la boca. Pero el golpe del negro suspendido en el aire cayó sobre su brazo, haciéndolo colgar inerte. El espía se mordió los labios para contener un rugido de dolor. El papel había rodado por el suelo y varias manos lo recogieron á la vez. Un suboficial lo desarrugó antes de examinarlo.

Pero Argensola poseía el medio de vencer á este personaje huraño. Le bastaba guiñar un ojo con expresiva invitación. «¿Vamos?» Y se instalaban los dos en un diván de Desnoyers ó en la cocina del estudio, frente á una botella procedente de la avenida Víctor Hugo. Los vinos preciosos de don Marcelo enternecían al ruso, haciéndolo más comunicativo.

Basta, amigo mío; a tal promesa cerraré de hoy más mis ojos y mis oídos. Por mi parte no puedo menos de agradecerle que me haya llamado con toda confianza y elegido para encargarme la misión de acabar con las audacias de un impertinente. ¡Cómo! ¿Qué quiere usted decir? Tengo el honor de saludarle, señor conde dijo Amaury, haciéndolo gravemente. Perdone usted, Leoville.

Aflojó en el ataque, haciéndolo cada vez más débil y desordenado. Advertido el contrario, comenzó a tirarle frecuentes estocadas: apenas tenía fuerzas para pararlas. Al cabo, el robusto periodista le separó el sable con el suyo a viva fuerza, y le hundió la punta en el pecho. Miguel cayó soltando un chorro abundante de sangre. Todos se apresuraron a socorrerle.

Esa brillante magia, á cuya señal surgen de los desiertos castillos suntuosos, coros invisibles que entonan dulces cánticos, y ninfas voluptuosas que estrechan á los guerreros en sus brazos después de sus trabajos; esa ostentación escénica que nos transporta, ya á perfumados jardines, á la sombra de mirtos y naranjos, ya á palacios de oro resplandeciente, ya á islas encantadas; esa multitud de aventuras novelescas en un país maravilloso en que toman forma sensible todos los asuntos de la fantasía; todo esto, junto con una exposición que centuplica sus bellezas con sus ricas y artísticas pinceladas, atrae el espíritu con sus gratísimas imágenes, y lo arrulla, haciéndolo olvidarse de la realidad.

Palabra del Dia

tundas

Otros Mirando