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Actualizado: 23 de mayo de 2025


Sirvió a Facundo largo tiempo, emigró a Chile y desde allí a Montevideo en busca de aventuras guerreras, donde murió gloriosamente peleando en la defensa de la plaza, lavándose de la falta de Río Cuarto.

El espeque sirve para maniobrar la artillería de a bordo. Kernok cambió provisionalmente este destino, porque empleó el suyo en despertar a la gente. Y los golpes de espeque, gloriosamente acompañados de juramentos capaces de pulverizar al buque, fueron cayendo como lluvia de granizo, tan pronto sobre el puente, como sobre los marineros dormidos.

Finalmente, don Ramón Menéndez Pidal, en la obra varias veces citada, se expresa en estos términos: "Puede decirse que fué ella la prosa narrativa quien le imprimió su carácter definitivo haciéndole pasar de las hondonadas y laberintos en que se perdía al ancho campo que debía recorrer tan gloriosamente. Fué a su semejanza como se formó el nuevo drama, donde todo es acción, movimiento y vida.

La gran vía romana entre Roma y Bizancio, antiguo camino de losas azules, pasaba por una calle de la moderna Salónica. Aún guardaba una parte de su pavimento y aparecía obstruída gloriosamente por un arco de triunfo, junto á cuya base de piedra carcomida trabajaban los limpiabotas, descalzos y con un fez en la cabeza.

Su abuelo, Eugenio Estanislao Aubry de Chanzelles, soldado de Napoleón, al morir gloriosamente entre los hielos del Berezina, había dejado una viuda y ocho hijos. Esta numerosa familia demandó grandes gastos para ser educada y establecida.

En estas empresas había trabajado gloriosamente nueve años el P. Machoni, cuando en el nuevo gobierno de 1719 vino señalado por secretario del P. Provincial Joseph de Aguirre, por cuya causa fué preciso encargar el cuidado de aquella Reducción al P. Joaquín de Yegros, con otros dos compañeros Jesuitas.

Pensó en la llegada tan misteriosa del padre y la hija para no volver, nunca más, a su casa de Segovia; en el nacimiento de Ramiro en Avila a los pocos meses; en la vida claustral que llevaron durante algunos años; en la constante melancolía de doña Guiomar; en la escasa afección del anciano por su nieto; en el silencio que rodeaba la memoria de aquel Lope de Alcántara, muerto, sin embargo, tan gloriosamente por su Rey.

Era su idea madre poner sus preciosas armas al servicio de alfonsinos o carlistas, según tuvieran estos o aquellos más o menos probabilidades de triunfo, y para destruir por de pronto el mal efecto que en los primeros había causado su repentina presencia en París, apresuróse a propalar por medio del tío Frasquito la novelesca historia de la cadina, que tan gloriosamente justificaba su fuga de Constantinopla.

Y era efectivamente champaña, porque dos copas cónicas y cilíndricas, que se levantaban sobre su ancho pie de cristal, aparecían gloriosamente llenas, y el licor rosado que hervía y centelleaba, elevó bien pronto su espuma temblorosa por encima de los bordes del vaso. ¡Atención, comandante, la marea sube!

Conocido por el tirano lo dificil que le era tomar el Cuzco, desistió del empeño, despues de algunos ataques, en que fué rechazado gloriosamente por sus vecinos, dirigidos y gobernados por Villalta, quien le quitó de las manos una presa con que ya contaba, y perdida aquella esperanza, se contrajo á continuar las correrias y robos contra los españoles.

Palabra del Dia

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