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Actualizado: 23 de julio de 2025


Si el estado en que se hallan los indios, y expediciones nuestras en su alcance, obligaren á reforzar aquel puerto con mas tropa, es otro fomento y utilidad de los vecinos: pues el dinero de su prest lo mas queda á su beneficio; procurando ellos hacer fructíferos aquellos terrenos con la industria y trabajo de sus labores, tomando distinto método que el que han llevado, pues ya por su natural desidia y haraganeria, y ya por las seducciones con que los desanimaban y entibiaban para que se aplicasen á la agricultura, asegurándoles que pronto los habian de sacar de aquel destino, y mudarlos á los amenísimos campos de Montevideo, que abundan de tanto ganado, que sin molestarse en poco tiempo lograrian enriquecerse, eran los que por todos medios procuraban hacer inútil la poblacion.

Si tiene efecto el refuerzo de tropa en el Rio Negro, talvez se proporcionará ocasion que contenga á los indios, y libres de recelos los pobladores, puedan extenderse en el egercicio de la argricultura, y cria de ganado; pues uno y otro han de ser los mas sólidos cimientos en que estribe, y se asegure la poblacion, atrayendo mayor número de vecinos, que por mismos formen cuerpos para resistirles, y escarmentarles en todo tiempo.

El Magistral no pudo menos de sonreír, recordando que los carneros de Panurgo no habían sido monjas ni frailes. Pero don Robustiano repetía lo de los carneros de Panurgo, sin saber qué ganado era aquel, como no sabía otras muchas cosas. Ya queda dicho que él no leía libros: le faltaba tiempo. Don Fermín pensaba: «¿Serán indirectas las necedades de este majadero?».

Alguien del comité había insinuado la idea de ahorcarlo, como ejemplo tangible y medio seguro de reembolsarse, a costa de su bolsillo, de las sumas que les había ganado. No es justo decía Simón Velero dejar que ese joven de Campo Rodrigo, extranjero por sus cuatro costados, se lleve nuestros ahorros.

Ni olvidará tampoco su partida precipitada, sin dar tiempo a recoger el equipaje; cómo ensilló con sus propias inexpertas manos la yegua; cómo, desplegando una maestría debida a la urgencia, había montado, espoleado, salido a galope, ejecutando todos estos actos mecánicamente, cual entre sueños, sin aguardar a que se disipase el corto hervor de la sangre, sin querer ver a la niña ni darle un beso, porque comprendía, estaba seguro de que, si lo hiciera, sería capaz de postrarse a los pies del señorito, rogándole humildemente que le permitiese quedarse allí en los Pazos, aunque fuese de pastor de ganado o jornalero....

Tiene razón cuando me dice: «¡Oh!, esté usted tranquila, que si esto no se arregla por bien, como yo espero, entonces... ahí tenemos los tribunales. ¡Es asunto ganado!». ¡Oh! , los tribunales. ¡Qué bonitos son los tribunales!... Todo será cuestión de algunos meses. Después...».

Según cuenta Barrionuevo en sus Memorias, frailes armados hasta los dientes arrebataban a la justicia del rey, en pleno día y en medio de la plaza Mayor de Madrid, al pie de la horca, a uno de los suyos sentenciado por asesinato. La Inquisición no satisfecha con achicharrar herejes, juzgaba y castigaba... a los contrabandistas de ganado.

Habría ganado la batalla si hubiese tenido el sol a la espalda. Por otra parte le quedaba Antiocus; y después de Prusias traidor, el veneno. Nada está perdido para un hombre en tanto que no ha dicho su última palabra. Llevaba en la mano, abierta ya, una carta de París que hacía pocos minutos había recibido.

Despidiéronse el señor Miranda y su hijo Periquito, y la familia Belinchón, con el nuevo individuo que iba a formar parte de ella, subió a la casa. En el recibimiento, las señoras se despojaron de los abrigos y las toquillas. La luz volvió a turbarlos. Gonzalo pudo ver bien entonces a su novia, y observó que no había ganado nada en los años de ausencia. Estaba más alta, pero más delgada también.

Era una presa que le disputaban, pero que acabaría de devorar él solo. ¡Qué! ¿También aquel mezquino imperio habían de arrancarle? No, era suyo. Lo había ganado en buena lid. ¿Para qué eran necios?

Palabra del Dia

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