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Actualizado: 6 de junio de 2025
Era ya anochecido, y aunque Carriazo importunaba a Avendaño que fuesen a otra parte a buscar posada, no le pudo quitar de la puerta de la del Sevillano, esperando si acaso parecía la tan celebrada fregona.
Un cadí me mando dar cien palos en la planta de los piés, y me condenó á galeras; y pienso que jamas se ha cometido injusticia mas horrorosa. Ahora querria saber porque se halla mi hermana de fregona de un príncipe de Transilvania refugiado en Turquía. ¿Y vm., mi amado Panglós, cómo es posible que le esté viendo?
Por allí entra agora una fregona con un vestido alquilado, que la trae su ama a sacar de don, como de pila, para darla el tusón de las damas, porque le pague en esta moneda lo que le ha costado el crialla, y aun ella parece que se quiere volver al paño , según viene bruñida de esmeril.
Se murmuraba, en la tertulia, de los ausentes, en presencia de Maltrana, cambiando el género de sus nombres, haciéndolos femeninos. «La Enriqueta cree tener talento, y es una fregona.» «La comedia de la Pepa no vale nada...» Por la noche iban todos ellos a lo que llamaban gran mundo, a las reuniones frecuentadas por sus familias o a los palcos de la gente aristocrática.
Con esto, se fué, tan admirado del cuento y suceso de la ilustre fregona como de su incomparable hermosura.
Hiciéronlo así, y quedándose solos, dijo el Corregidor al huésped: ¿Dónde está una muchacha que dicen que sirve en esta casa, tan hermosa, que por toda la ciudad la llaman la ilustre fregona? Señor respondió el huésped , esa fregona ilustre que dicen es verdad que está en esta casa; pero ni es mi criada, ni deja de serlo.
Con esto se despidieron los dos mozos de mulas, cuya plática y conversación dejó mudos a los dos amigos que escuchado la habían, especialmente a Avendaño, en quien la simple relación que el mozo de mulas había hecho de la hermosura de la fregona despertó en él un intenso deseo de verla.
La ilustre fregona, para una de igual título de Lope de Vega, otras dos de Vicente Esquerdo y Cañizares, y La hija del mesonero, de Diego de Figueroa y Córdova. El licenciado Vidriera, para otra de igual título de Moreto. La señora Cornelia, á Tirso de Molina para su comedia Quien da luego da dos veces. El celoso extremeño, para dos de igual título de Lope y Montalbán.
Entrabase la noche, y la fregona no salía; desesperábase Carriazo, y Avendaño se estaba quedo; el cual, por salir con su intención, con excusa de preguntar por unos caballeros de Burgos que iban a la ciudad de Sevilla, se entró hasta el patio de la posada; y apenas hubo entrado, cuando de una sala que en el patio estaba vio salir una moza, al parecer de quince años, poco más o menos, vestida como labradora, con una vela encendida en un candelero.
Otro gallo le cantara dijo Longino y no estaría de fregona si la Fortuna no fuese tan caprichosa y tan ciega. Terminado este coloquio, todavía antes de salir de casa tuvo don Andrés otra conversación interesante.
Palabra del Dia
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