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Actualizado: 21 de mayo de 2025


Pude notar que la caballería avanzaba un poco, pero después retrocedía y oscilaba de flanco; pero dejándome llevar por el caballo, con los ojos fijos en el papel, que sostenía a la altura de las riendas, no puse ni un desperdicio de voluntad en aquellos movimientos de la máquina en que estaba engranado.

Si aquella expresión era hija del cálculo, hay que confesar que Isabel había ascendido a lo más delicado y exquisito del arte de agradar. Saludome graciosa y familiarmente con la mano, con lo cual todos los ojos que estaban fijos en ella se tornaron hacia el sitio donde yo estaba. En cualquiera otra ocasión esto me hubiera halagado.

Con los ojos fijos en el suelo, sin quejarse ya, Sabel permanecía parada, y su mano derecha tentaba suavemente su hombro izquierdo, en el cual debía tener alguna dolorosa contusión. En voz baja y lastimera, pero con suma energía, pronunció sin mirar al señorito: Busque quien le haga la cena..., y quien esté aquí.... Yo me voy, me voy, me voy, me voy....

, una locura, y por mil razones. La primera, la principal, y que vale por todas, es ésta: porque soy pobre. La doncella suspiró como si quedase libre de un gran peso. Algún día, acaso no muy lejano, sabrá usted, Angelina, a quien amo yo. Díjele esto fijos mis ojos en los suyos. Ella me dirigió una mirada profunda, intensa, llena de infinita ternura, dulcemente alegre. Tía Pepa despertó.

D.ª Carmen paseó una mirada extraviada, vidriosa, por todos ellos, y deteniéndola en Clementina le hizo seña otra vez de que se aproximase. Adiós, hija mía dijo sin mirarla, con los ojos fijos en el techo . Haces bien en alegrarte de mi muerte.... ¡Qué dice, mamá! exclamó aquélla con un grito de espanto.

Más allá de donde estaba el silencioso monje, cuyos penetrantes ojos misteriosos estaban fijos en de una manera tan inquisitiva, se veían lejanos puntos obscuros, atravesados de trecho en trecho por rayos de luces multicolores que penetraban por alguna gran ventana, y mucho más allá colgaba del alto y abovedado techo la roja luz tenue de la lámpara del santuario.

Si yo tuviera relaciones con un rey ó un príncipe heredero, tal vez permitiría que nos viéramos en su casa, y hasta su monseñor montaría la guardia. Pasó un rato silenciosa, con los ojos inquietantes fijos en Miguel.

Su integridad era perfecta; innata, más bien que resultado de principios fijos de moralidad. Ni podía ser de otro modo, pues en un hombre de una inteligencia tan lúcida y exacta como la suya, la honradez completa y la regularidad suma en la administración de los negocios, tenían que ser las cualidades dominantes.

Todavía me parece estar viendo su palidez cuando, fijos los ojos en la arena de la playa, me decía: «Esto me da miedo.» ¿Estaba loco? No; hablaba muy razonablemente. Parecióme un ser distinguido é interesante. Era un hombre nervioso, con una organización delicada, demasiado delicada para recibir tales impresiones. El mar produce muchos locos.

Déjame solo con mi dolorHabía asido una de las columnas de la cama y permanecía allí, con los ojos fijos en Marta, mordiéndose los labios. Después salió, como había venido, sin decir una palabra. Pasaron dos horas más en el silencio y la espera. Los vapores de fenol que se desprendían del plato colocado frente a , principiaban a darme dolor de cabeza.

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