United States or China ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y así era la verdad; porque, habiendo ya dado cuenta don Gregorio y el renegado al visorrey de su ida y vuelta, deseoso don Gregorio de ver a Ana Félix, vino con el renegado a casa de don Antonio; y, aunque don Gregorio, cuando le sacaron de Argel, fue con hábitos de mujer, en el barco los trocó por los de un cautivo que salió consigo; pero en cualquiera que viniera, mostrara ser persona para ser codiciada, servida y estimada, porque era hermoso sobremanera, y la edad, al parecer, de diez y siete o diez y ocho años.

Sacaron á Celso de su cepo, le curaron con sal y vinagre algunos arañazos y cuando le hubieron enviado á la cama y vieron sosegada á la abuela se volvieron á casa. Martinán el filósofo. Los anhelos del sobrino de D. Félix caminaban con paso rápido hacia su realización. El valle de Laviana se trasformaba.

El tema de su conversación casi siempre era el mismo, á saber, el ningún deseo que tenía ya de aumentar su riqueza, ni aun de cuidar de su hacienda. Llegaba un paisano y le proponía la compra de algún trozo de terreno. D. Félix se ponía encrespado como si le hiciese alguna ofensa.

" Andrés R. Campiña y González. " Conrado García Espinosa. " Ernesto N. Tabio y Espinosa. " Domingo Socorro y Méndez. " Héctor de Quesada y Cuhuat. " José de Cárdenas y Armenteros. " Abelardo J. Marrera y Estrada. " Fernando Capmany y C. Alvarez. " David Whitmarsch y García. " Manuel Almeida y Hernández. " Manuel Morales Broderman. " Félix Guerra y Rodríguez. " Ciro Leonard y Fernández.

La casa del señor de las Matas era de piedra amarillenta y carcomida, cuadrada, de un solo piso; grandes balcones de hierro forjado, enorme puerta claveteada formando arco; más antigua y más señorial que la de don Félix, pero también más pobre.

Fundador, que murió en 12 de Marzo de 1780, siendo sepultado en el panteon de la Catedral. D. Félix Chico, hijo de Castalla en el reino de Valencia, en cuya Universidad estudió Teología y Cánones.

Una tarde, después de comer y haber terminado con todos los menesteres de la casa, se encaminó á pie hacia Entralgo. Encontró al ama de gobierno muy afligida y se enteró de que D. Félix había salido ya de Oviedo para Panticosa con la señorita María. La buena de D.ª Robustiana, como los demás vecinos, tampoco concebía grandes esperanzas: pensaba que la señorita estaba herida de muerte.

La confusión que de aquí nace es penosa por extremo, proponiendo Don Félix, para desvanecerla, presentarse ambos á Clara: desaparece entonces la equivocación, porque Laura y Clara están juntas; cada uno de los amigos reconoce á su amada respectiva, y saben de sus labios la verdad de lo ocurrido con la banda; pero mientras se regocijan así con tan plausible desenlace, viene una criada y dice que el hermano de Clara ha llegado justamente de Granada, viéndose ambos obligados á ocultarse por consideración á las damas.

Aunque me las cubriesen de monedas de plata no quisiera que tocasen en ellas. El día que escuche silbar por los castañares de Carrio los pitos de esas endiabladas máquinas que llaman locomotoras, será uno de los más tristes de mi vida. ¡Alto allá, D. Félix! Esos señores que abren las minas traen muy bien repleta la bolsa al decir de la gente.

En el acto tercero, Lisardo y Don Félix han regresado á su domicilio; el desafío nocturno fué interrumpido por la llegada de algunas personas, deliberando ambos, entonces, cuál ha de ser su conducta en el estado en que se encuentran las cosas.