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Actualizado: 14 de julio de 2025
Total, que cuando la vi representar, pensé que me tragaba todos los eméticos que hay en mi farmacia. La moraleja de la obra es que sin religión no hay felicidad, y por eso la pone en las nubes este ángel de Dios, que es el alcaloide de la cursilería». Cerró la noche y Ponce se acercó para telegrafiarse con su amada. Del balcón descendía una cuerda, a la que el joven ataba un papel.
«Le manda su último artículo dijo el regente a sus amigos, acechando en la puerta de la farmacia . Ahora baja la cuerda con un dulce... Como anoche, lo mismo que anoche. Veréis, veréis la broma que le tengo preparada». Con nerviosa presteza fue a la rebotica y sacó del cajón un objeto del tamaño de una yema, blanco y de apariencia azucarada.
Después que le sirvieron el almuerzo, que apenas tocó, vistiose apresuradamente y dio orden de que engancharan la berlina y que la condujesen a la estación. Una vez allí despidió el coche y subió a pie por la carretera hasta el pueblo. Se fue dando rodeos para no ser vista hasta la farmacia de su primo, cuyas costumbres conocía.
Las pocas casas que quedaban en pie estaban habitadas por familias pertenecientes á la raza negra. Por lo que hace á las casas de los blancos, todas habían sido destruídas, con una sola excepción, la ocupada por la farmacia "El Dispensario", que no ardio, probablemente, por su sólida construcción de mampostería y ladrillos.
Fui transportado a una farmacia, y mientras me curaban, apareció el chauffeur, bastante indignado. El chauffeur pretendía que su automóvil no había chocado conmigo, sino al contrario, que yo había chocado con su automóvil. Usted gritaba se ha echado encima de nosotros. Pero ¿con qué objeto? le preguntaba yo. A lo cual el chauffeur hacía un gesto vago como diciendo: ¡Lo ignoro!
La Música es la Farmacia del alma, y la... viceversa, ya usted me entiende. Nosotros, ¿qué somos si no los compositores del cuerpo? Usted es un Rossini, por ejemplo, yo un Beethoven. En uno y otro arte todo es combinar, combinar.
Ahora bien: ¿qué género de personalidad pueden acusar un rostro y unos ojos pintados? No será una personalidad real, con su espíritu revelado, sino una personalidad de farmacia o de fabricación química, esto es, lo menos personal que puede existir. De aquí que, el pintarse la cara, espejo del alma, equivalga a pintarse el alma misma.
Inmediatamente Elena, que había pasado los primeros años de su vida en aquella farmacia y la conocía tan bien como su primo, se dirigió con presteza a la trastienda, abrió la cordialera, buscó el tarro del curare y sacando del pecho un frasquito que llevaba echó en él unos pedazos de este veneno. Después lo guardó de nuevo y se sentó a esperar tranquilamente a su primo. No tardó en llegar.
Juan Pablo, que siempre se había equivocado en lo referente a sí mismo y andaba por caminos torcidos, acertó al disponer que su hermano pequeño siguiese la carrera de Farmacia. Muchas personas que no hacen más que disparates, poseen esta perspicacia del consejo y de la dirección de los demás, y no dando pie con bola en los destinos propios, ven claro en los del prójimo.
Su enojo se trocó en alegría cuando Maxi, al verle en pie, dijo que él también se iba porque era hora de volver a su farmacia. Salieron, pues, juntos, y antes de llegar a la puerta, vio el anciano que le cortaba el paso una figura macilenta y sepulcral.
Palabra del Dia
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