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Actualizado: 4 de junio de 2025
Repito que jamás pensé que mi novela cinematográfica pudiera convertirse en volumen impreso; y mi sorpresa fué grande al ver que el «escenario» era un libro al que algunos pretendían encontrar cierta intención filosófica y política.
En cuanto á lo de venir, quizá no pueda porque está escondido dijo el alférez. Pues si está escondido, ¿quién le ha visto? Le vieron anoche en palacio. Creerían verle. Allá lo veremos; ¿pero qué esto? Lo que había motivado la pregunta del alférez, era un ruido particular, un alboroto que provenía del primer bastidor de la derecha del escenario. Todos corrieron allá.
Prometioles que en la casa les aliviaría cuanto pudiese del trabajo, habló de ponerse a oficio, y añadió que, a ser forzoso, se buscaría de cualquier modo honradamente la vida: todo menos volver a pisar un escenario. La regla de conducta que Cristeta se había impuesto consistía en esperar los acontecimientos y dar tiempo al tiempo.
Admirablemente dotado para estas empresas, era aquel hombre un colosal genio de la intriga y un histrión inimitable para el gigantesco escenario de los partidos. Las circunstancias y el tiempo hiciéronle un gran intrigante; otra época y otro lugar hubieran hecho de él quizás el primer diplomático del siglo.
Hubiérase dicho que me causaba placer devolviéndole capricho por capricho y torturándola. Por la noche, a las ocho y media entraba yo en su palco. Empujé la puerta lo más suavemente posible; ella tuvo la sensación de que era yo porque afectó el no volver siquiera la cabeza. Permaneció por entero ocupada de la música, los ojos fijos en el escenario.
La gente de esta casa se marcha por el escotillón, y esto parece escenario de un teatro... Y creímos que había sido robada por lord Gray. La pícara se marchó sola...
¡Pues yo lo deshago! replicó Juan en fogoso arranque. Eso se dice ahí, en el escenario, pero aquí en la vida... ¡ya no podemos ser dichosos! ¿Luego me quieres? ¡alma mía! ¿No eres feliz? ¿Qué hombre es ése? ¿Por qué te has enamorado? Cuéntamelo todo. No me atormentes más, que estoy sufriendo mucho...; mira, mira añadió levantando un poco la cortina márchate, que ha comenzado el sainete.
Las entrevistas de los dos se desarrollaron con arreglo á lo que ella había leído en las novelas amorosas que tienen por escenario á París. Iba en busca de Julio temiendo ser reconocida, trémula de emoción, escogiendo los trajes más sombríos, cubriéndose el rostro con un velo tupido, «el velo de adulterio», como decían sus amigas.
En realidad, la casa editorial de Nueva York no me pidió una novela, sino lo que llaman en lenguaje cinematográfico un «escenario», un relato escueto y de pura acción, para que sirva de guía al director de escena, á los encargados de las tramoyas y á los actores que interpretan los personajes.
El escenario tenía una puerta al foro que daba al gabinete de la casa; por la puerta de escape de la alcoba habían de salir los artistas a vertirse en las habitaciones que se les había destinado.
Palabra del Dia
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