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Actualizado: 8 de junio de 2025
Pero los entusiastas del gran mago la apreciaban porque sabía entrar «en la piel de los personajes». Wagner poeta, creador de héroes épicos, intérprete de conflictos humanos, le inspiraba tanta adoración como Wagner músico. Durante mucho tiempo, por un fenómeno de artística adaptación, había creído ser Brunilda. Su verdadera personalidad era la de la hija de Wotan.
Sentíase renacer; volvía a tener ilusiones, creencias, y esos impulsos entusiastas que habían encantado su juventud; recobraba sus alas. Veía realizado su sueño en aquel sentimiento que la ligaba para siempre al señor de Lerne. Sus almas habíanse tocado en un momento dado, en puntos tan sensibles y delicados, que habían quedado como imantadas.
Ciertas cocotas entusiastas, a las que conoció en un viaje a las plazas del Sur de Francia, le habían dado el secreto de mezclas y combinaciones de extraños perfumes; pero ¡aquella esencia de la carta, que era la misma de la persona que la había escrito! ¡aquel olor misterioso, fino e indefinible, que no podía imitarse, que parecía emanar del aristocrático cuerpo, y que él llamaba «olor de señora»!...
Cuando Lavalle se acercó a Buenos Aires, el Fuerte y Santos Lugares estaban llenos, a falta de soldados, de negras entusiastas vestidas de hombre para engrosar las fuerzas. La adhesión de los negros dió al poder de Rosas una base indestructible.
Y Encarnación no necesitó preguntar más, pues sabía que su marido, en virtud de lejanas y confusas lecturas, consideraba a este personaje histórico como el conjunto de todas las grandezas, y sólo osaba unir su nombre a sucesos portentosos. Ciertos vecinos entusiastas que venían de la corrida piropeaban a la señora Angustias, admirando devotamente su abultado abdomen.
Gallardo pareció llenar el redondel con su movilidad y su atrevimiento, ansioso de vencer a todos los compañeros y que los aplausos fueran sólo para él. Nunca le habían visto tan grande los entusiastas.
Muchos ilustres varones sevillanos, influidos por la cultura italiana, se nos ofrecen ya desde aquella época como entusíastas celeccionistas de libros, estampas, monedas, cuadros, armas, y en suma, de cuantos objetos artísticos ó curiosos podian adquirir, con los cuales al mismo tiempo que enriquecían sus moradas, servíanles de enseñanza y de gratísimo recreo, librándolas de las garras de la ignorancia!
El público había olvidado a Mina completamente. Su nombre no era más que un vago recuerdo para los entusiastas que guardaban memoria de los intérpretes wagnerianos. Las glorias escénicas mueren pronto... Hace poco he encontrado mi nombre en una revista. Hablaba de mí como de una joven de grandes esperanzas que se perdió prematuramente.
Y los pobres huertanos seguían el movimiento de la antorcha encendida en la proa del bote, que arrojaba sobre las aguas una gran mancha sangrienta; contemplaban con adoración a Rafael, encorvado en la popa para sujetar bien el timón. De la obscuridad partían ruegos y proposiciones en voz suplicante. Eran fieles entusiastas que querían acompañar al quefe; ahogarse con él si era preciso.
No hay voces bastantemente entusiastas con que pregonar la grandeza de los Alpes: el Océano como los Alpes dan la idea del infinito, traducen Dios, inspiran el recojimiento. ¡Bien haya mi viaje á Italia, que tan grande emocion me produjo con la presencia de sus Alpes!
Palabra del Dia
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