Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 16 de mayo de 2025


Hija, tanto como uña y carne.... Que sea carne, que carne, gracias a Dios, no le falta, y que vosotros seáis la uña..., doyme por satisfecho dijo don Ángel . Pero, como quiera que yo todos los días tengo el gusto de hacervos una visitilla para refrescarvos la memoria, y vosotros nada me decíais ni me dejabais entrever.... Porque, acá, para inter nos, la cosa presentaba un cariz... que... ya, ya... ya me entendéis.

Y en efecto, poco a poco el semblante de la joven con sus rasgos delicados, con su expresión franca y risueña, se le representó como un sueño amable que había tenido en distintas épocas de la vida; trasladose a los días de placer, recordó los momentos en que su fantasía le hizo entrever los campos floridos de la dicha; días y momentos fugaces para él como para todos, pero que dejan la huella de Dios en el espíritu y le preservan de la corrupción.

Mientras iban hacia el ascensor, blanco y acolchado como una caja de guantes, ella le dejó entrever los salones del piso bajo, ostentosos, pero en una penumbra que casi era obscuridad: el gran comedor, desierto y enfundado; el pequeño comedor, en el que no se veía preparativo alguno... ¿Adónde le llevaba?... ¿Estaría la mesa puesta en su dormitorio?...

Eran torpedeamientos «sin dejar rastro», barcos que se iban á fondo con todos sus tripulantes y pasajeros, y sólo meses después dejaban entrever una parte de la tragedia, cuando la resaca depositaba en la costa muchos cuerpos de imposible identificación, sin papeles, sin rostro humano. Casi todas las semanas contemplaba Tòni algunos de estos hallazgos fúnebres.

Á me parece que no habrá compromiso en que le cojamos por la palabra añadió el alcalde, dejando entrever ya el fondo receloso que, como opinaba muy bien el personaje, forma el carácter de los aldeanos montañeses.

Lo único que pudo entrever en sus evasivas fué que la persona que la enviaba se había separado de ella al ver al capitán. Cuando se alejó la mensajera quiso seguirla, pero la gorda comadre volvió repetidas veces la cabeza.

Mas no estaba vacía de aspiraciones altas el alma de aquel joven, tan desfavorecido por la Naturaleza que física y moralmente parecía hecho de sobras. A los dos o tres años de carrera, aquel molusco empezó a sentir vibraciones de hombre, y aquel ciego de nacimiento empezó a entrever las fases grandes y gloriosas del astro de la vida.

Maltrana, declarado inservible, sin esperanzas ya de conquistar los quince duros mensuales que le habían hecho entrever antes de su fracaso, seguía asistiendo puntualmente a la redacción. ¿Adónde ir?... Allí encontraba quien le escuchase, aunque con gestos irónicos; algunas veces hasta alababan su cultura, llegando a confesar que tenía cierto talento, pero que estaba chiflado.

Todos los brazos se atropellaron para ultimarlo, y, entre vivo y muerto, pudo entrever todavía, a la humosa luz de las teas, al misterioso morisco, al hombre de la daga que, abriéndose paso entre los demás, se echaba sobre él y le cubría con su cuerpo, repitiendo un mismo grito en algarabía: ¡Ebni! ¡Ebni!... Luego sobrevino el desmayo.

Prefiero pasar por encogido, por tonto, por mal criado y arisco, a dar la menor ocasión, no ya a la realidad de sentir por ella lo que no debo, pero ni a la sospecha ni a la maledicencia. En cuanto a Pepita, ni remotamente convengo en lo que Vd. deja entrever como vago recelo. ¿Qué plan ha de formar respecto a un hombre que va a ser clérigo dentro de dos o tres meses?

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando