Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de julio de 2025


Discurriendo medios de entretenerse, Baltasar trajo a Amparo alguna novela para que se la leyese en voz alta; pero era tan fácil en llorar la pitillera así que los héroes se morían de amor o de otra enfermedad por el estilo, que convencido el mancebo de que se ponía tonta, suprimió los libros.

Pero éste, en vez de entretenerse en coloquios místicos como otras veces, y de enterarse con afectuoso interés de sus penitencias, de sus luchas con la carne, se atuvo severamente a los pecados. Se hallaba quizá en un momento de melancolía o de concentración del pensamiento. Mantúvose en una actitud reservada, hablando poco, tratándola casi como a una desconocida.

Aquella había sido la época romántica de su existencia. ¡Luchar por formas de gobierno!... En el mundo había algo más. Y Salvatierra recordaba su desilusión en la corta República del 73, que nada pudo hacer, ni de nada sirvió. Sus compañeros de la Asamblea, que cada semana tumbaban un gobierno y creaban otro para entretenerse, habían querido hacerle ministro. ¿Ministro él? ¿Y para qué?

Jacinta no podía considerar de otro modo el hecho del abandono, aunque este significara el triunfo del amor legítimo sobre el criminal, y del matrimonio sobre el amancebamiento... No podían entretenerse más en ociosas habladurías, porque pensaban irse a Cádiz aquella tarde y era preciso disponer el equipaje y comprar algunas chucherías.

Volvió rápidamente la cabeza... y ¡mire usted que estaba bien...! ¡Un señor venerable, con cara de santito, entretenerse en tales porquerías! Doña Manuela lanzó una mirada tan severa al vejete de rostro bondadoso, que el sátiro retrocedió, levantando el embozo de la capa con sus audaces manos.

Pasaron los años sin que incidente alguno viniese a turbar la ascensión lenta y monótona del muchacho en la carrera comercial. Perdió de cuenta los cachetes y patadas que le largaron don Eugenio y los dependientes viejos, unas veces por entretenerse bailando trompos en la trastienda, otras por pillarle dando retales a cambio de altramuces o cacahuet.

Como los presos estaban aburridos de su inacción, cada cual buscaba el mejor modo de entretenerse. Yo me dediqué a darles lecciones de matemáticas, y llegué a ganar algún dinero. Por la noche, a pesar de que estaba prohibido tener luz, yo leía; guardaba los trozos de tocino que daban en el rancho, les ponía una mecha con un poco de estopa y me servían para alumbrarme.

Como si sonaran allí a muy conocidos, abriéronle la puerta de par en par; rogáronle que entrara; le condujeron a un salón que estaba enfrente, y le pidieron el favor de que aguardara unos instantes. El tal salón era un completo museo de riquezas de buen gusto; pero Ángel no tenía los suyos en disposición de entretenerse contemplando aquellas pompas de la vanidad mundana.

La Esfinge dejó caer de sus manos la media que había cogido para entretenerse mientras hablaba Ángel, y don Santiago, que, aunque, vuelto a su sillón, todavía lanzaba ojeadas al retrato de Luz colocado sobre la mesa, volvió la mirada, mirada de angustia y desconsuelo, hacia su mujer, cuyo rostro daba frío, pero frío de tumbas y de subterráneos.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando