Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de junio de 2025
Y es de la raza de aquellos hombres de que en otro tiempo se creaban los caballeros industriales. Usted exagera, señor respondió Juan; cristalero, sea, pero caballero, no. ¡Esta denominación le sienta a usted mejor que a mí! Sí, yo amo a nuestra querida cristalería. Solamente que comprendo que no se diviertan mucho los que nos escuchan cuando hablamos.
Las temblorosas llamas del gas se reproducían hasta lo infinito en las grandes lunas venecianas, que, multiplicando las imágenes, creaban una confusión extraña, y empezaba a reinar ese desorden propio de todo sitio donde se divierten muchos a la vez.
Años después, cuando desalojados de Candía regresaban á sus costas de origen, los aventureros valencianos creaban una población en un valle feraz, dándole el nombre de la isla lejana, que se transformaba en Gandía.
Aquella había sido la época romántica de su existencia. ¡Luchar por formas de gobierno!... En el mundo había algo más. Y Salvatierra recordaba su desilusión en la corta República del 73, que nada pudo hacer, ni de nada sirvió. Sus compañeros de la Asamblea, que cada semana tumbaban un gobierno y creaban otro para entretenerse, habían querido hacerle ministro. ¿Ministro él? ¿Y para qué?
Por mi parte, merced a tales continuas comunicaciones que creaban entre nosotros innumerables puntos de relación, tornábame más libre, más firme, más seguro de mí mismo en todos sentidos; y eso representaba un gran progreso porque Magdalena veía en ello un paso dado en la senda de la franqueza. Esta fusión completa, constante y progresiva duró sin ningún accidente dos meses largos.
En el viejo mundo se creaban al principio las poblaciones, y después se construían para ellas los ferrocarriles. En esta tierra nueva ocurría lo contrario. Primeramente se habían tendido los rieles á través del desierto; después, de cincuenta en cincuenta kilómetros, se creaba una estación, formándose un pueblo en torno á ella.
Cómo se las compondría para este fin es cosa que no cae dentro de este relato. Las nuevas trazas de esta señora no están aún en nuestro tintero. Lo que sí puede asegurarse, por referencias bien comprobadas, es que en lo sucesivo supo la de Bringas triunfar fácilmente y con cierto donaire de las situaciones penosas que le creaban sus irregularidades.
Tranquila con el permiso de la abuela, registré la biblioteca y busqué con ardor todo lo que pudiera ilustrarme sobre el concepto de la mujer en la antigüedad respecto del celibato. ¿Aceptaba sin repugnancia la idea del matrimonio?... ¿Sentía alguna contrariedad al casarse?... ¿Hubiera experimentado cierto alivio sabiendo que estaba libre de una obligación que le creaban las leyes religiosas y civiles?...
El globo estaba erizado de chimeneas; las inmensidades del Océano ofrecían siempre en el horizonte un punto negro y una nubecilla de humo; cascadas y ríos creaban al rodar fuerza y luz; las grandes barreras de piedra que llegan con su cumbre hasta las nubes sentían perforadas sus entrañas por un rosario de hormigas férreas resbalando sobre cintas de acero; en las obscuridades submarinas vibraban como bordones inteligentes los cables conductores del pensamiento; fuerzas misteriosas y hostiles trabajaban esclavizadas para el bienestar común; las antiguas hambres habían desaparecido gracias a las flotas inmensas que surcaban a todas horas el Océano, compensando con el sobrante de unos pueblos la carestía de otros; el hombre, hastiado de su reciente señorío sobre la costra terráquea, se lanzaba en el espacio, aprendiendo a volar.
Ya no quedaban forajidos en las canteras que, con el vergajo en la mano, apaleasen en nombre del amo á los trabajadores rebeldes; ya no existía la tarifa de la carne humana, cotizándose las desgracias «veinte duros por un brazo, cuarenta por las dos piernas». Se asociaban los trabajadores establecidos en el país, creaban núcleos de resistencia, inspiraban cierto temor á los explotadores, logrando con esto que sus penalidades fuesen menos duras: pero aún faltaba la cohesión entre ellos, á causa del vaivén de la población minera, de aquel oleaje de hombres que se presentaba engrosado al comenzar el invierno y el hambre en las míseras comarcas del interior y se retiraba al llegar el buen tiempo con sus cosechas.
Palabra del Dia
Otros Mirando