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El brillo deslumbrador de su poesía, la vida que rebosa en su conjunto, las alusiones simbólicas que enlazan lo más remoto con lo más próximo, sus profundas miradas en el alma humana y en los secretos de la creación, en una palabra, cuanto caracteriza en primer término á estas admirables composiciones, y les asegura un valor duradero, sólo puede comprenderse con claridad leyéndolas atentamente.

Las plantas trepadoras se enlazan en los fustes de mármol, las flores llenan el reducido espacio con su perfume penetrante, y el agua, poco abundante, pero distribuida con el mayor arte, cae como perlas sonoras en el vaso de la fuente.

Yo veo señales claras de que se acercan los tiempos de estas invenciones. La frenología y el magnetismo han venido a demostrar las armonías íntimas y misteriosas que enlazan el espíritu y la carne. La electro-biología es una ciencia que empieza ahora, y que tiene aún que dar mucho de .

Así, la observacion práctica me hacia ver el triste círculo vicioso de la política internacional, en que todos los hechos se enlazan de tal manera que cada Estado se cree condenado á ser suspicaz y desconfiado por la sola razón de que el vecino le da talvez el ejemplo.

Cian termina y resume su memoria: «Aquellos hombres dice arrojados de su patria, obligados á vivir entre las desconfianzas, las envidias, los rencores antiguos y recientes, en país extranjero, guardan celosamente el culto de la patria en su corazón, y al mismo tiempo se enlazan en afectuosa amistad con algunos de los nuestros y de los mejores, estudian y adoptan é ilustran la lengua y la literatura del país que les ha dado hospitalidad; pero cuando ven que algún italiano quiere lanzar la más leve sombra sobre el honor literario de España, se levantan con fiereza caballeresca, propia de su raza, y no temen defenderse, y pasar muchas veces de la defensa á la ofensa vigorosa y audaz... No podemos menos de sentir una admiración profunda por estos emigrados que en tan breve período de años respondieron tranquilos y altivos, con la mejor de las venganzas, á las injurias de la fortuna, á las persecuciones, á los odios de los hombres que pretendían extinguirlos; y se levantaron y se purificaron á los ojos de la historia, á nuestros propios ojos, á los ojos de aquellos mismos que creían y aspiraban á verlos aniquilados para siempre.

Luego las verdades del órden ideal se enlazan indispensablemente con las del real: suponer posible su incomunicacion es desconocer un hecho fundamental de las ciencias ideológicas y psicológicas: la conciencia.

Todo lo que ella puede decir contra esa ley será tan especioso como se quiera; pero no será mas que una vana cavilacion: cavilacion que si la flaqueza del entendimiento no bastare á deshacer, se encargaria de resistirla la naturaleza, hasta que una nueva existencia en otra vida nos venga á revelar lo que hay en la profundidad de esos arcanos, y cómo se enlazan esos eslabones cuyos puntos de contacto no divisará la razon, mientras la naturaleza experimenta la irresistible trabazon con que la ligan en todos los momentos de su existencia.

Si la acción de sus dramas nacionales se supone ocurrir en la edad antigua, no se cuida de trazar imágenes fieles del espíritu y modo de ser de esas épocas, sino que, al contrario, lleva á lo pasado las ideas y opiniones de su tiempo; y aunque, por lo común y en general, esos cuadros animados reflejen costumbres y pensamientos españoles, en su fondo se observan siempre las costumbres y creencias del siglo XVII, no las del período en que la acción se supone ocurrir, ni los hechos y sucesos representados por él, á no ser excepcionalmente, coinciden con los grandes momentos históricos del mundo, sino que son siempre sucesos ó hechos particulares, que ni se enlazan por su esencia con la historia de la época, ni reflejan tampoco con claridad el carácter de lo pasado; sus personajes históricos están trazados á la ligera, y no toman parte importante en la acción, mientras Lope de Vega ofrece á los reyes de España, desde D. Pelayo hasta Felipe II, gobernando verdaderamente, y dibuja con designio premeditado cuadros de siglos anteriores, sirviéndose de los hechos y de los personajes más importantes.

En la variedad de los pensamientos, ¿la conciencia no es una? El pensamiento de ayer, el de hoy, el de mañana, no se enlazan en un punto?

Por tal conducto vino Lucía a saber al dedillo los ápices más menudos del genio y condición de Ignacio; su infancia melancólica y callada siempre, su misántropa juventud, y otras muchas cosas relativas a sus padres, familia y hacienda. ¿Será cierto que a veces se complace el Destino en que por extraña manera, por sendas torturosas, se encuentren dos existencias, y se tropiecen a cada paso e influyan la una en la otra, sin causa ni razón para ello? ¿Será verdad que así como hay hilos de simpatía que los enlazan, hay otro hilo oculto en los hechos, que al fin las aproxima en la esfera material y tangible?