Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de septiembre de 2025
En efecto, encontré un papel doblado entre el ramaje del mirto, y tuve tiempo de ocultarle antes de que volviese la duquesa.
Probablemente ya no nos volveremos a ver. ¿Me guarda usted rencor? No, nunca, a pesar de que creo que tengo motivos. Entonces, ¡adiós! Me tendió la mano, yo alargué la mía y me la estrechó con fuerza. Al volver encontré a mi madre un poco excitada. ¿Qué te pasaba? la dije. Nada, que al verle entrar he creído que venía mi hermano Juan. ¿Eh? Sí. ¿Tanto se parece? Es idéntico.
Concedido esto a la imparcialidad, me encontré sobre las armas a las dos menos cuarto. En seguida bajé al salón donde encontré a la abuela muy agitada. Y bien, Magdalena, ¿te late el corazón? preguntó la abuela con emoción. No, querida abuela, mi corazón está muy tranquilo... El cerebro es otra cosa... Tengo un horrible dolor de cabeza. Muy tonta vas a estar, mi pobre Magdalena.
Perdóname, camaroncito, que yo te dejaría ir; pero mi mujer está esperando su cena, y si le digo que encontré el camarón mayor del mundo, y que lo dejé escapar, esta noche sé yo a lo que suena un palo de escoba cuando se lo rompe su mujer a uno en las costillas. Y ¿por qué se lo has de decir a tu mujer? ¡Ay, camaroncito!: eso me dices tú porque no sabes quién es Masicas.
Yo hice voto de pobreza y profesé en la santa Orden dominicana. Pues vean ustedes lo que son las cosas; en el acto mismo de adoptar la pobreza, me encontré con que poseía más riqueza que los más opulentos ricachos y potentados de la tierra.
Anoche parecía resuelto o poco menos a una solución pacífica, se contentaba con que usted desapareciera; y hoy, cuando fui a verle me encontré al señor de Ronzal, que está presente, al lado del lecho de mi amigo». Ronzal saludó. Mesía se había puesto muy pálido. Estaba metiendo ropa blanca en un mundo y suspendió la tarea. De modo que... Que tiene usted que buscar padrinos.
Cuando le encontré y me contó el lance, iba el pobre tan cari-entristecido, cual si lo llevaran a ajusticiar, y me dijo: «Ay de mí, si doña María llega a saber esto... ¡Malditas sean las Cortes y el perro que las inventó!». ¿Estarán todavía allá? Sí; corre a avisárselo a la condesa.
Vamos... si no es posible que adivine usted lo que allí pasó. D. Gregorio se había quedado aquella noche a dormir en la casería, y la perversa chacha Ramoncica, engañándome, acababa de introducirme en el cuarto de doña Juana. ¡Qué asombro el mío cuando me encontré de manos a boca con esta señora!
Me ha hecho usted perder mucho con sus martingalas. Mejor es que siga con su número 5. El coronel, que había escuchado en silencio la conversación sobre las mujeres, pareció ligar dos ideas cuando Castro mencionó el juego. Ayer tarde dijo al príncipe con un tono algo misterioso encontré en el Casino á la duquesa... Un gesto de muda interrogación cortó sus palabras. «¿Qué duquesa?»
Y caminando rio arriba de Centa, sin saber donde estaba dicho fuerte y reduccion, á la media legua encontré una senda. Aquí atamos la canoa, y salí á pié con el práctico
Palabra del Dia
Otros Mirando