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Actualizado: 27 de mayo de 2025
Una cosa, sin embargo, era evidente y en ello estuvieron de acuerdo Camilloff, el respetuoso Sa-Tó y la generala, que para tratar a la familia de Ti-Chin-Fú, formar en el séquito de los funerales y, en una palabra, introducirme en la vida de Pekín, era preciso, desde luego, vestirme con un traje conforme a las maneras y al ceremonial de los mandarines.
Mas entre las varias cosas ocultas que me fiaban, procuré adquirir noticias, que ya, como sueño ó imaginadas, oia en esta entre mis mayores; y haciéndome como que de cierto lo sabia, procuraba introducirme en todas, para lograr lo que deseaba.
Montiño estaba espantado con lo que veía, y sobre todo de la buena suerte de su sobrino. Conque dijo Lerma , ¿sabéis todo lo que debéis hacer? Sí, señor. Seguir averiguando cuanto pudiere. Eso es. Procurar introducirme en la casa de esa dama. Eso es. Dar á mi sobrino esta cruz, y mandarle que venga á dar á vuecencia las gracias. Eso es.
AZUCENA. Pocos días después tuve ocasión de conseguirlo. Yo no hacía otra cosa que rodear la casa del Conde que había sido causa de la muerte de aquella desgraciada... un día logré introducirme en ella y le arrebaté al niño, y dos minutos después ya estaba yo en este sitio, donde tenía preparada la hoguera. MANRIQUE. ¿Y tuvisteis valor? MANRIQUE. ¿Y en fin?
Declaréle mis deseos antes que nos acostásemos; abrazóme mil veces, diciendo que siempre esperó que habían de hacer impresión sus razones en hombre de tan buen entendimiento. Ofrecióme favor para introducirme en la Corte con los demás cofrades del estafón, y posada en compañía de todos.
Y qué sacamos de eso? contestó en el colmo de la confusión Bozmediano. Entro, por ejemplo, de noche: si alguna me ve, me creerá ladrón, chillara, y entonces ... ¡bonita aventura! Además, Clara no está prevenida, no tiene relaciones conmigo. ¿Qué voy yo á hacer allí? Yo quiero introducirme sin que se sospeche nada, entablar amistad con ella. Tengo una idea exclamó Gil golpeándose la frente.
Vamos... si no es posible que adivine usted lo que allí pasó. D. Gregorio se había quedado aquella noche a dormir en la casería, y la perversa chacha Ramoncica, engañándome, acababa de introducirme en el cuarto de doña Juana. ¡Qué asombro el mío cuando me encontré de manos a boca con esta señora!
Palabra del Dia
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