Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de julio de 2025
En tal sitio, como el camino que corre a lo largo de la parte superior del muro de la pradera está situado cuatro o cinco pies más arriba que ésta, y como en aquel momento una densa nube velase la Luna, el doctor, temiendo volcar, detúvose bajo la encina. No nos falta mas que una hora de camino dijo Lorquin . Animo, pues, señora Lefèvre; no tenemos prisa.
Quedábale aún de ella una parte para muestra, mas, tan insignificante, que no merece la pena de que la mencionemos siquiera. M. L'Ambert se dejó caer de espaldas, y se levantó otra vez en seguida para echar a correr, con la cabeza agachada, como un ciego o como un loco. En aquel preciso momento, un cuerpo opaco cayó desde lo alto de una encina.
Cuál hay que pasa todas las horas de la noche sentado al pie de alguna encina o peñasco, y allí, sin plegar los llorosos ojos, embebecido y transportado en sus pensamientos, le halló el sol a la mañana; y cuál hay que, sin dar vado ni tregua a sus suspiros, en mitad del ardor de la más enfadosa siesta del verano, tendido sobre la ardiente arena, envía sus quejas al piadoso cielo.
-Ferido no -dijo don Quijote-, pero molido y quebrantado, no hay duda en ello; porque aquel bastardo de don Roldán me ha molido a palos con el tronco de una encina, y todo de envidia, porque ve que yo solo soy el opuesto de sus valentías.
Esta diferencia ay de la naturaleza al arte que lo que aquella desde su creacion constituyó no se puede variar, y asi siempre el peral produzira peras, y la encina su grossero fruto y con todo esto la diversidad del terruño y la diferente influencia del cielo y clima á que están sugetos, las saca muchas vezes de su misma especie y casi constituye en otras diversas.
Cuando entraron al salón artesonado de encina, Godfrey se dejó caer en su sillón, mientras que Nancy, después de haberse quitado su sombrero y su chal, fue a colocarse a su lado junto a la estufa porque no quería separarse de él ni aun algunos minutos. Sin embargo, temía proferir alguna palabra que pudiera rozar los sentimientos de su esposo.
La magnífica profusion con que están esparcidas las materias seminales, el sinnúmero de gérmenes que por todas partes descubrimos, esa inmensa cantidad de materia susceptible de trasformacion y asimilacion en el viviente, los misterios de la generacion en el reino vegetal y animal, ¿todo esto no nos indica que hay derramadas por el universo un sinnúmero de fuerzas vitales, que ejercen su actividad de manera muy varia y en una escala de extension asombrosa? ¿Quién nos asegura que un mismo principio vital no pueda presentar fenómenos muy diversos segun las condiciones á que está sometido? el que reside en la bellota ¿no es el mismo de la corpulenta encina que ha desafiado el ímpetu de los huracanes durante algunos siglos?
Corresponden á la primera ciertas piezas pequeñas, casi tan sencillas por su índole como las de Juan del Encina, reducidas á diálogos pastorales y algunos cantos.
Cuando pasaron cinco minutos, en el recodo de la encina grande, Gaspar se volvió y levantó la mano; Catalina y Luisa le respondieron. Hullin se adelantó para recibir a la gente.
La égloga primera de Encina, representada, según dice su título, en la noche de Navidad, es un diálogo sencillo entre dos pastores, sin relación inmediata con el objeto de la fiesta, aunque uno de ellos dirija á la duquesa de Alba algunas estrofas en nombre del poeta acerca del nacimiento de Cristo. Más vida ofrece ya la segunda.
Palabra del Dia
Otros Mirando