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Actualizado: 12 de mayo de 2025
¡No sé, efectivamente! ¿Es cierto, sí o no, que el Príncipe no podía decidirse a renunciar a la Condesa porque la amaba otra vez? Es cierto. ¿Y usted no estaba celosa?
Que hay peste en nosotros, ya se lo he concedido a usted antes de todo, sí, señor, concedido; pero ¿qué peste es ella, mi señor don Alejandro? Este es el punto... digo, me parece a mí, y el clavo, sí, señor, muy doloroso. Efectivamente repuso Bermúdez mordiéndose los labios de inquietud , nada resuelve mi ejemplo en el sentido que usted desea. Vaya otro más al caso.
Llegose el portugués a Su Excelencia que efectivamente dormía, y díjole en su lengua: No haga caso Su Excelencia de que está en Junta, que es llegado el momento de hablar. Soñaba a la sazón Su Excelencia que se le venían encima todos los ejércitos de la reina, y volviendo en sí de su pesadilla con dificultad: ¿Hablo yo? dijo; vamos a ver.
Efectivamente; cuando empezó la música, yo fui el primero en sacar a bailar a Mary. Después de la charanga comenzó a tocar el tamboril. Genoveva miraba a Agapito melancólicamente con el rabillo del ojo; yo me acerqué a él, y dándole un empujón, le dije: Anda, no seas tonto; sácala a bailar. El se decidió. Agapito bailaba ex cáthedra.
Efectivamente, así fué; el mismo día en que el viejo supo la paliza que su sobrino había adjudicado al joven Ohando, le tomó bajo su protección y comenzó a iniciarle en su vida. El mismo señalado día en que Martín disfrutó de la amistad de Tellagorri, obtuvo también la benevolencia de Marqués.
Yo me disculpé diciendo que me lo habían contado tal como lo referí, y D. José María se puso furioso, llamándome zascandil, embustero y enredador. Efectivamente, D. Rafael vivía y estaba fuera de peligro; mas se había quedado en Sanlúcar en casa de gente conocida, mientras su padre vino a Cádiz en busca de su familia para llevarla al lado del herido.
Efectivamente, razón tenía. Su hijo, el coronel Maza, tenía tramada una conspiración en que entraba todo el ejército, y después Rosas decía que había muerto al anciano padre por no darle el pesar de ver morir a su querido hijo. Pero aun me falta entrar en el vasto campo de la política general de Rosas con respecto a la República entera.
Acercáronse y vieron, efectivamente, que á la sombra de aquellos árboles había el sitio más apetecible y delicioso que podría ambicionar una pluma para pasar sus días.
Es un verdadero palacio. Tiene efectivamente ese aspecto grave y majestuoso, esa gallardía reposada, casi circunspecta, de aquel género de arquitectura. Su historia, considerado como edificio, esto es, su historia de piedra, es muy breve. Considerado como una institucion social, como juego público, aquella historia es algo más larga y más difícil.
Se ha repetido hasta la saciedad que la cara es el espejo del alma. Este dicho vulgar tiene vida permanente por la verdad que encierra. Efectivamente, el rostro y, sobre todo, los ojos, constituyen, digamos así, el reflejo de nuestra vida interna. Las manos, los brazos, los componentes todos de nuestro cuerpo, no revelan nuestra personalidad psíquica. La revelación está en la cara y en la mirada.
Palabra del Dia
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