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Así que vagamente nutría en su alma la esperanza de poseer de nuevo á Soledad y hacerla su esposa. Ahora que la sentía perdida enteramente. Sus ilusiones se desvanecían como el humo. Á paso lento recorrió varias calles presa de un abatimiento que le quitaba las fuerzas. Nadie cruzaba á la sazón y libremente podía revolcarse en sus pensamientos dolorosos.

En este estado, los espasmos no parecen ser otra cosa que sacudidas irregulares de impotentes influjos nerviosos en la trama orgánica amenazada de postracion; la vida lucha con la muerte, por medio de tirones dolorosos, de calambres, de temblores, de quejidos acompañados siempre de una ansiedad estremada, de un pulso pequeño, vivo, concentrado.

Sol quería llegar pronto, porque se había quedado triste doña Andrea. Y al llegar en esta conversación al colegio, Lucía besó a Sol con tanta frialdad, que la niña se detuvo un momento mirándola con ojos dolorosos, que no apearon el ceño de su amiga. Y de pronto, por muchos días, cesó Lucía de verla.

Pareciole un río de culpas y expiaciones, como los que forja la imaginación al pensar en los infiernos. Hubiérase dicho que dolorosos espectros pasaban en procesión, allí abajo, rozando las ondas con sus colgantes velos obscuros.

Oyó las doce, la una, las dos... no oyó las tres, porque debió de dormitar un poco, aunque él se lo negaba a mismo.... Y a las cuatro no pudo resistir ya el frío y el sueño; y delirante, sin conciencia de mismo ni del mundo ambiente, tropezando en todo, subió a su cuarto, buscó la cama a tientas, se desnudó por máquina, se envolvió entre las sábanas y se quedó dormido en un sopor de fiebre lleno de fantasmas ardientes, de monstruos dolorosos.

La prostituta de aquella casa, adivina el corazon de sus clientes, como conocía Gall los órganos cerebrales del hombre. ¡Cuántos misterios curiosísimos y dolorosos encierra aquel Eden de la corrupcion! ¡En cuántos presupuestos de familias ricas de Paris, tiene un guarismo aquel Eden infame!

Estorbaban las mujeres: su proximidad era intolerable en las horas de operación. Bastaba un quejido del torero, para que al momento respondiesen desde todos los extremos de la casa, como ecos dolorosos, los alaridos de la madre y la hermana, y hubiera que contener a Carmen, que se debatía como una loca, queriendo ir al lado de su marido.

El castigo ha sido muy pequeño para culpa tan grave. Le estoy profundamente agradecido por los golpes que me ha dado y las injurias que me ha hecho, y sólo siento que no hayan sido aún más dolorosos para poder pagar a mi Divino Señor las ofensas que le he inferido. D.ª Rafaela cruzó las manos y levantó los ojos al cielo con un gesto de viva admiración.

Las mujeres le rodearon, llorando todas al verle herido; él dijo algunas palabras, volvieron los suyos, y entre cuatro le llevaron á su casa. Antes de llegar á ella ya estaba muerto. Reinaba en el pueblo la consternación, porque habían perecido muchos hijos y muchos maridos; las madres y las esposas gritaban por las calles con amargos y dolorosos lamentos.

Entonces me propuse poner en claro lo que hubiese en el asunto. Pero, señorita, me cuesta trabajo comprender que una joven como usted, sin inquietudes y sin cuidados, aplique su atención á asuntos tan dolorosos como el que usted evoca. Y en todo caso, si el hecho de haber sido amigo de Jacobo de Freneuse es comprometedor, permítame usted harcerla observar que yo también fui amigo suyo.