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Actualizado: 28 de octubre de 2025
A su vista aprendió á escribir, y entre sus legajos pasó de la niñez á la juventud, y de esta á la vejez. Más de treinta años lleva manejando aquellas carpetas que jamás han estado empolvadas, merced al cuidado y cariño con que son tratadas. Para Andoy no hay más allá que su oficina, esta constituye su hogar, sus goces y sus distracciones.
Hasta entonces, unas veces los viajes, otras la soledad y el apartamiento del mundo, la premeditada alternativa de las distracciones y del hogar, habían mantenido a Helena en esa desesperanza tranquila y resignada con que piensan en la felicidad por el amor los que desconfían de ella. Comprendía que no era hermosa y que era demasiado rica.
Tales vaguedades y distracciones no resultaban extraordinarias en este ejecutante prodigioso, que así que se levantaba del piano era una especie de sonámbulo, incapaz de adaptarse regularmente á ninguna función de la vida.
»Tengo, pues, escrúpulos de privar a alguna joven, hermosa y encantadora, de una posición que yo ocuparía sin ningún placer, en tanto que para ella sería, fuera de duda, una fuente de distracciones y alegrías. »Otra razón me decide a hablarle a usted así. ¿Recuerda los proyectos para el porvenir que formábamos juntos?
En las grandes fiestas marchaba al frente del cabildo Con capa pluvial y un bastón de plata tan alto como él, que hacía retemblar las losas con sus golpes, y durante la misa mayor y el coro de la tarde rondaba por las naves para evitar las irreverencias de los devotos y las distracciones de los empleados.
La señora de Laroque que padece de frecuentes distracciones, olvidó que yo no estaba lejos de ella, y de buena ó de mala gana, no perdí una sola palabra de su respuesta.
Mauricia creía que estaba ya bastante iluminada, porque la excitación encendía sus ideas dándole un cierto entusiasmo; y después de hacer un poco de ejercicio corporal colgándose de la reja, porque sus miembros apetecían estirarse, se puso a rezar con toda la devoción de que era capaz, luchando con las varias distracciones que llevaban su mente de un lado para otro, y por fin se quedó dormida sobre el duro lecho de tablas.
Pero entonces yo no me lo quería confesar ni a mí mismo. En cambio, el mayordomo me confesaba cada día su creciente afición... No es esto de extrañarse, porque el bridge, en razón de mis frecuentes distracciones, le producía un bonito sobresueldo.
Esta prueba de amistad, venida de tan lejos, y tratándose de un amigo que hubiera podido olvidar fácilmente desde las alturas de su actual bienestar y de sus distracciones, me ha causado una profunda alegría. 11 de marzo de 1821. ¡Albricias! Creo poder casar muy cerca de aquí, convenientemente y casi en familia, a mi bella Susana.
En medio de esta dulce vida de esperanzas, y pequeñas inquietudes desvanecidas por una amabilidad, o por las distracciones de una existencia tan nueva para mi, llegamos al fin de Septiembre. Y entonces mi tío, con el aspecto fúnebre de un hombre que va al cadalso, se preparó a llevarnos a las tertulias anunciadas por el señor de Couprat.
Palabra del Dia
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