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Actualizado: 2 de junio de 2025


Sin advertir que el buen señor estaba muy agitado, sin duda por hacerse generosamente partícipe de las penas que había oído referir, Isidora se distraía un poco, pues por grande que sea una desdicha y por mucho que embargue y ahogue, hay momentos en que deja libre el espíritu para que un par de vueltas o paseos por el campo de la distracción, y se fortifique antes de volver al martirio.

Yo sería muy feliz si me probaras lo segundo, porque uno de mis mayores tormentos consiste en suponer tan profundamente corrompido el corazón que hace años sólo existía para amarme...» Con esto y la firma de Amaranta terminaba la epístola, cuya lectura, absorbiendo mi atención, me distraía de la batalla.

En visitas, reclamaciones y banquetes, aparte de los quehaceres del cargo oficial, pasaba efectivamente la mayor parte del día; alguna distraía la audiencia de las muchas personas de cierto género que acudían á su casa: aragoneses, italianos, portugueses, que tenían alguna razón para esquivarse de la justicia; foragidos, en el concepto del Embajador de España, con los que tenía constituído un centro de conspiración permanente.

Roberto Vérod se decía que él también llegaría a olvidar, pero el tiempo tardaba en concederle ese ambicionado bien. En ciertas ocasiones, cuando un nuevo pensamiento le distraía de tan doloroso recuerdo, el joven temblaba, porque ese nuevo pensamiento era infinitamente más grave.

Miguel recorrió innumerables veces la fauna moderna y la antediluviana, pero ya no le daba bendita la vergüenza; se distraía el tiempo de prisión tocando la trompeta con los puños hasta que venía el inspector a hacerle callar: los chicos, de quienes era querido, solían traerle los postres que les sobraban, o bien cigarrillos, o cualquiera otro entretenimiento para que no lo pasase tan mal.

Al contrario de este matrimonio, el de los funerarios, Luquitas y Obdulia, iba mal, porque el esposo se distraía de sus obligaciones domésticas y de su trabajo; frecuentaba demasiado el café, y quizás lugares menos honestos, por lo cual se le privó de la cobranza de facturas de servicios mortuorios.

Entre tanto, distraía sus impaciencias con los hechizos de una nietecilla que Dios le había dado, y era la criatura más hermosa que había nacido de madre. Andábase a la sazón en proyectos de llevarla a Sotorriba, para que la conociera su otro abuelo, don Lázaro, cuyos achaques le impedían salir de casa.

¿Y ya existían Zalacaín entonces? No sólo existían, sino que eran nobles. Oye, oye dijo Tellagorri dando un codazo a Martín, que se distraía. ¿Quieren ustedes que lea lo que dice el cronista? , . Bueno. Pues dice así: «Título: De cómo murió Martín López de Zalacaín, en el año de gracia de mil cuatrocientos y doce

Ya en la cuarta misa, el caballero aquel, no sólo se distraía sino que perturbaba la devoción de los fieles, pasando delante de los altares, donde se decía misa, sin hacer la más ligera genuflexión ni reverencia. «Tendré que decirle que se vaya pensaba la santa . Esa no es manera de estar en la iglesia».

En este ambiente de curiosidad distraía la penosa espera hasta la hora de ir a la plaza. ¡Qué tiempo tan largo! Estas horas de incertidumbre, en las que vagos temores parecían emerger del fondo de su ánimo, haciéndole dudar de mismo, eran las más amargas de la profesión.

Palabra del Dia

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