Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 7 de octubre de 2025
Esta noche no dijo Elías, tomando el vaso de vino que sobre la mesa estaba y acercándolo a sus labios . Pero, ¿qué aguachirle es este? Es lo que yo bebo. Es del propio cosechero de Esquivias. Esto es veneno puro.... Pero ¿no has de tener en tu despensa ni siquiera dos azumbres de blanquillo para que los amigos brinden por el triunfo de la mejor de las causas?
¡No sé... no sé! murmuró Benina, dejando volar su mente vagarosa hacia los orientales conjuros propuestos por Almudena. Y si en las paredes no, debajo de los baldosines de la cocina o de la despensa puede estar lo que aquellos señores escondieron, creyendo que lo iban a disfrutar en el otro mundo.
Y ya que no la hubo dijo Teletusa celebrémoslo bebiendo un trago a la salud de los amos de esta casa que no tienen mal provista la despensa. No os propongo que cenéis, porque no tendréis gana. Tal vez habréis cenado ya. Siempre, no obstante, habrá quedado lugar para un bocadillo de algo picante y salado que sea despertador de la sed.
Y también lo quedó Filipo, El Grande, pues a su modo recompensó al pintor dictando la siguiente orden: «A Diego Velázquez, mi pintor de Cámara, he hecho merced de que se dé por la despensa de mi casa una ración cada día en especie como la que tienen los barberos de mi Cámara, en consideración de que se ha dado por satisfecho de todo lo que se le debe hasta hoy de las obras de su oficio; y de todas las que adelante mandare haréis que se note así en los libros de la casa.
Sus cartas y las de sus servidores están llenas de instrucciones, quejas y demandas, en virtud de las cuales nunca faltaban en la despensa y cueva de aquel modesto palacio los pescados de todos los mares, las aves más renombradas de Europa, las carnes, frutos y conservas de todo el universo.
Porque un hombre que, como don Silvestre Seturas, tiene: cinco pies y medio de talla, tres ídem de espalda, tanto estómago como despensa, tanta salud como estómago y tres mil reales de renta;
Y como no le eche algo al condenado, me da muy mal rato». Si quiere usted... aguarde usted... yo... dijo Fortunata pasando revista mental a su pobre despensa. Quite usted allá, criatura... No faltaba más... ¿Piensa que no me puedo pasar...? No es que yo apetezca nada; lo tomo hasta con asco; pero me sienta bien, conozco que me sienta bien.
De sus armarios salían las ropas para los pobres; de su despensa los comestibles para los desvalidos; de sus trojes el grano para los labradores arruinados; costeaba médico y botica; por su precepto, iban los niños a la escuela; con su prudencia enfrenaba discordias, desvanecía rencores, y añadiendo a la limosna que puede dar el rico la compasión que solo siente el bueno, siempre y para todos, tenía piedad en el corazón y consuelo en los labios.
Tendieron la arpillera del primo sobre la verde yerba, acudieron a la despensa de sus alforjas, y, sentados todos tres en buen amor y compaña, merendaron y cenaron, todo junto. Levantada la arpillera, dijo don Quijote de la Mancha: -No se levante nadie, y estadme, hijos, todos atentos.
En casos de sublevación, la sobrecámara del alcázar de popa, las cámaras del capitán, del teniente y la nuestra se cerraban y quedaban incomunicadas. Estas tres últimas estaban blindadas. Debajo del cuarto del capitán se encontraba la sala de armas y la Santa Bárbara; debajo del cuarto del teniente, el pañol del pan, y debajo de nuestro cuarto, que se llamaba «Cámara de los vascos», la despensa.
Palabra del Dia
Otros Mirando