United States or Jamaica ? Vote for the TOP Country of the Week !


Cogió la mantilla, se la echó encima de la cabeza con mano convulsa, obligó a la doméstica a ponerse la suya y se lanzaron a la calle. El Campo de los Desmayos hervía ya de gente. Les costó mucho trabajo avanzar hasta colocarse en el medio. Obdulia quería a todo trance acercarse a la casa del párroco, donde se alojaba el prelado.

El progreso de los conocimientos positivos, la industria y la evolución incesante de las sociedades, modificaban la concepción de la vida y de sus fines. El hombre moderno, valiéndose de la crítica, tenía una idea justa de los límites de sus conocimientos. Ni soberbias, ni desmayos de humildad.

Su frágil naturaleza empezaba a rebelarse contra tanta mortificación y a mostrarse dolorida a cada instante, unas veces en el corazón, otras en el estómago, otras en la cabeza, aunque todo lo sufría con una resignación digna de envidia, y sin que la hiciesen cejar en sus santos propósitos. Padecía frecuentes desmayos, que la tenían largo tiempo sin sentido, y fuertes convulsiones.

Amén de una inteligencia siempre despierta y de una voluntad que jamás conoció los desmayos y cobardías de la fatiga, la Montansier poseía el don de la oportunidad; esa rara virtud, casi omnipotente, que guarda el hito de todas las victorias.

Porque Obdulia, llena de vergüenza, como si se acusara de un pecado grave, temblando de emoción, le había confesado que de vez en cuando experimentaba desmayos hallándose en oración, caía al suelo repentinamente, y en los breves momentos en que permanecía sin sentido, veía unas veces a Jesús entre nubes rodeado de ángeles, escuchaba una música divina, embriagadora; otras veces notaba que un ángel grande, fuerte, hermoso, con dos alas inmensas y trasparentes, se acercaba a ella y le ponía con dulzura la mano en la cabeza, diciéndole: «Perseveraotras, las más, percibía solamente una gran claridad, que la bañaba toda de placer, sin ver a nadie; pero se sentía acompañada como si todos los santos y santas del cielo vagasen invisibles a su alrededor.

El jueves por la mañana, había aumentado notablemente la opresión, fue necesario cambiarle la cama; era esto una cosa que se hacía lo menos posible, por el peligro del cansancio que forzosamente le había de producir y por evitarle los desmayos.

Después de haber disfrutado por largo rato del placer de verse, como los inmortales en el Olimpo, aislados y encima del resto de los seres de la creación, aquella sociedad hizo irrupción en el Campo de los Desmayos, para contemplar los fuegos artificiales de los renombrados pirotécnicos palentinos.

Por último, en el Campo de los Desmayos estaban ya tendidos los alambres para la iluminación, si bien no pendían de ellos aún los faroles. Esto se dejaba para lo último, por miedo a la lluvia. No había cuidado. El día 24 amaneció sereno.

Durante este día, le daban a la pobre enferma frecuentes desmayos; me había dicho por la mañana: «He soñado cosas harto dolorosas para vos, ¿estabais bienLe contesté que y le apregunté qué era lo que había soñado: «Cosas bastante desagradables...» y no pudo decir otra cosa.

Es mujer que este don Juan, Primo del Conde mi dueño, Pierde por hablarla el sueño, Desmayos de amor le dan. 1540 De la suerte la pasea Que á la dama de más partes; Pero en estos Durandartes Poco el pensamiento emplea. De noche la viene á ver, 1545 Y anda el pobre caballero, De su cántaro escudero, Sin dormir y sin comer.