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Actualizado: 4 de junio de 2025


Al levantarse dio un tiento a la bota, y hallóla algo más flaca que la noche antes; y afligiósele el corazón, por parecerle que no llevaban camino de remediar tan presto su falta. No quiso desayunarse don Quijote, porque, como está dicho, dio en sustentarse de sabrosas memorias. Tornaron a su comenzado camino del Puerto Lápice, y a obra de las tres del día le descubrieron.

Un día entero gastó en pasar una fragosa montaña, con grande trabajo y riesgo, no de los indios acostumbrados á trepar fácilmente por las peñas, sino del Padre; y siéndole preciso hacer alto á la falda, no halló con qué desayunarse; por lo cual un cristiano, de nación Manacica, movido de compasión, quiso componerle unas yerbas que eran las delicias de sus dioses, mas por mucho que estuvieron al fuego, jamás se pudieron cocer.

Y primero quiere saber si está en este vuestro castillo el valeroso y jamás vencido caballero don Quijote de la Mancha, en cuya busca viene a pie y sin desayunarse desde el reino de Candaya hasta este vuestro estado, cosa que se puede y debe tener a milagro o a fuerza de encantamento. Ella queda a la puerta desta fortaleza o casa de campo, y no aguarda para entrar sino vuestro beneplácito. Dije.

Por fortuna, D. José había tenido la inmensa suerte de encontrar aquella tarde a un bondadoso amigo que le facilitó la cantidad precisa para un mediano almuerzo. Segura, pues, Isidora de que habría con qué desayunarse a la venidera mañana, pasó tranquila la noche. A las once del siguiente día llamaba a una puerta. «¿Está el doctor Miquis?». ¡Qué suerte! Estaba.

Profundamente irritado por esta dilación, que hería vivamente su orgullo español, el Duque, al salir del palacio real, entró para desayunarse en un café, donde se reunían gran número de señores a tomar chocolate y leer los papeles públicos. De pie, junto al brasero, había colocado un hombre que se quejaba en alta voz del ministro y de los cortesanos.

Al domingo siguiente, cuando don Cándido subió a desayunarse, luego de decir misa, oyó asombrado el rumor que al trabajar producían los picapedreros, y frunciendo el entrecejo, murmuró: «¿Hoy tambiénLa escena que siguió fue igual a la ocurrida ocho días antes. Llamó al maestro, le reprendió más duramente, fue a la alcoba, y dio el dinero para que el taller se despejara.

En todo lo restante, lo mismo que siempre: los mismos entretenimientos, las mismas costumbres y hasta los mismos muebles en el despacho del antiguo droguero... y las mismas alternativas reumáticas, aunque algo más acentuadas de gotosas cada vez, en la misma simpática persona; en el cual despacho acababan de desayunarse marido y mujer en el momento en que vuelvo a poner al lector en su presencia.

Su mamá la consolaba. Su papá fue a hablar él mismo por el teléfono, a reprender al médico y a mandarle, muy enojado, que viniese en seguida a ver a Lita. Hubo todavía que esperar un buen rato. La mamá hizo rezar a Lita sus oraciones de la mañana y le besaba las manitas. Después la hizo desayunarse con una gran taza de chocolate. Y el médico vino al fin.

Y con estos propósitos, caminando en ala los siete donde el terreno lo permitía, o en hilera si el sendero no daba más de , pero ocupando siempre don Simón el puesto de preferencia, ensanchábasele el pecho al pobre hombre a impulsos de su vanidad, creyendo de buena fe que todas aquellas deferencias con él guardadas eran hijas de una adhesión espontánea y desinteresada a su persona. ¡Y estaba cansado de oír hablar de ciertos caciques de aldea, perpetuos muñidores electorales, para quienes es una fiesta acompañar candidatos, y comer acá, y cenar allá, y desayunarse en el otro lado con ellos y a sus expensas, y frecuentemente un negocio cada elección después de cada paseo!

Llevaba en la mano un mendrugo de pan que le había dado la Señana para desayunarse, y, comiéndoselo, marchaba aprisa, sin distraerse con nada, formal y meditabunda. No tardó en pasar más allá de los edificios, y después de subir el plano inclinado, subió la escalera labrada en la tierra, hasta llegar a las casas de la barriada de Aldeacorba.

Palabra del Dia

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